domingo, 20 de mayo de 2018

Ralismo socialista (20 de mayo de 1934)


“Si despojas a los ricos, consigues empobrecerles; pero no consigues enriquecer a los pobres.”
- Máximo Gorki -
Por Gabriel Macías Nito 
La historia de la URSS entre los años treinta y hasta la muerte de Stalin en 1953, es la de la consolidación de la ideología comunista, un período extremadamente controvertido y estrechamente ligado al arte soviético.

Fue en aquellos años que se estableció un régimen totalitario en la Unión Soviética, controlaba todo el actuar y la vida de los ciudadanos. El arte también fue regulado por el estado y este tenía como función principal la propagación de los valores del comunismo. Hacer ver las bondades del sistema, no solo a los habitantes de la URSS, también a los países que comenzaban a abrazar la ideología y al mundo entero.

El 20 de mayo de 1934, en el marco del primer congreso de la Unión de Escritores Soviéticos, se  introdujo el término “Realismo socialista”, fue la corriente artística de la cual se valió el régimen para la propagación de su ideología comunista. Se convirtió en un método creativo obligatorio para todo el arte soviético. Abarcó la pintura, la escultura, la literatura e inclusive alcanzó “altos” niveles en la arquitectura.

El Realismo socialista, una vez consolidado en la URSS, se difundió a otros países comunistas después de la II Guerra Mundial. El establecimiento oficial se llevó a cabo en 1932, cuando el Partido Comunista, decretó que todos los grupos artísticos independientes se disolvieran en favor de las nuevas formaciones controladas por el reciente Estado.

Aquel 20 de mayo de 1934 el yerno de Stalin, Andrei Zhdánov, pronunció un discurso en el Congreso de la Unión de escritores soviéticos en el cual se afirmaba que el realismo socialista era la única forma de arte aprobada por el Partido. A partir de ese momento, los artistas fueron requeridos para suministrar un 'panorama históricamente concreto de la realidad en su desarrollo revolucionario'.

La teoría estética de este estilo especificaba que los artistas deberían representar sucesos y personas reales desde una óptica optimista e idealizada que proporcionara la imagen de un futuro glorioso en la URSS bajo la era comunista. Debía ser accesible a las masas y tener un propósito social.

Los artistas que no acataron los dogmas del Realismo socialista fueron enviados a los gulags o asesinados, quienes corrieron con más suerte pudieron huir y vivir exiliados.

Aunque el partido restringió drásticamente la libertad artística, hubo una gran variedad de expresiones. Se incluían a trabajadores en los campos o en las fábricas, retratos de Stalin y otras figuras de Estado, escenas históricas de la Revolución e idealizaciones de la vida doméstica.
Se creó “todo un ejército de artistas” quienes trabajaron en la creación de este mito, muchos de los cuales lograron crear obras verdaderamente impresionantes, que mostraban la vida, las normas ideológicas, la voluntad colectiva de la gente, sus sueños de justicia, la abundancia y la belleza del mundo comunista. Uno de los exponentes favoritos del realismo socialista fue el pintor Sergei Gerasimov.

Convivió en su tiempo con el desarrollo de las Primeras Vanguardias, tales como el cubismo o el Surrealismo y en su momento fue ampliamente criticado ya que ante tal libertad artística en el mundo capitalista aparecía un arte dogmático y adoctrinador. Hoy, la historia del arte reconoce al Realismo socialista como una importante manifestación de la cultura en el siglo XX, dejó evidencia tangible de los ideales más utópicos del comunismo.


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