viernes, 11 de mayo de 2018

Guerra por las fronteras (11 de mayo de 1939)


“El enemigo ha empezado a utilizar una bomba nueva de una crueldad inaudita, cuya potencia de destrucción es incalculable. Si continuáramos la lucha, ésta nos daría por resultado no sólo la destrucción de la nación japonesa, sino que conlevaría la extinción total de la civilización humana. Por eso hemos ordenado la aceptación...”
- Hirohito-
Por Gabriel Macías Nito
Cuando se habla de la Segunda Guerra Mundial, casi siempre, se estudia a detalle el frente Europeo y las ambiciones expansionistas de los alemanes, pero, del otro lado, en el Pacífico, Japón avanzaba rápidamente, su crecimiento desde el comienzo de la Primera Guerra Mundial había resultado devastador e incluía territorios como China o Corea. Ahora pisaba tierras soviéticas y pretendía ampliar su dominio en suelo ruso. Comenzó así una guerra no declarada entre japoneses y soviéticos que se conoce como el Conflicto Jaljin Gol.

Tras la ocupación japonesa a Corea desde los años 20, el Imperio japonés comenzó a dirigir sus ambiciones territoriales hacia la Unión Soviética. Ésta, temiendo los planes japoneses de expansión, había ido reforzando su posición en la región desde comienzos de 1934, fortaleciendo la comunicación ferroviaria y enviando refuerzos militares desde finales de 1937.

Cuando comenzaba 1939, el número de tanques, vehículos blindados, refuerzos militares,  armamento soviético y fortificaciones en la frontera entre Corea, invadida por Japón, y la URSS, se habían reforzado de manera abrumadora. El avance japonés era cada vez más amenazante.

El pretexto para la invasión fue la llamada “disputa territorial no resuelta” entre Mongolia y Manchuria. El inminente ataque japonés, dio comienzo el 11 de aquel 1939. Japón comenzó provocaciones en la frontera marcada por el rio Jaljin Gol, lo que dio nombre al conflicto, una guerra no declarada y que concluiría a principios de septiembre del mismo año. 
  
El área de operaciones militares se encontraba a 750 kilómetros de la estación de ferrocarril soviética más cercana, Borzya. Era una zona desierta sin caminos y fuentes de agua. Los meses siguieron y el mando soviético aumentó las tropas terrestres y los ataque soviéticos fueron reforzados por la Fuerza Aérea. La lucha en el aire continuó hasta finales de agosto y los soviéticos lograron mantener el control de sus fronteras.

El 15 de septiembre en Moscú fue firmado el acuerdo soviético-japonés, según el cual a partir de las 14 horas del 16 de septiembre cesaron los combates.

Sin embargo, en Europa hacía pocos días que los alemanes habían invadido tierras polacas y la Segunda Guerra Mundial había comenzado. En cierto modo, el Conflicto Jaljin Gol, se considera el punto de partida de la crisis bélica mundial. Para los soviéticos fue importante concluir el conflicto Jaljin Gol, ya que meses después entrarían de lleno a la guerra mundial en el frente europeo.

En 2004, Japón recibió permiso de Mongolia para recolectar y exportar los restos de soldados japoneses muertos en 1939 en las batallas del río Jaljin Gol.


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