martes, 24 de abril de 2018

Fatal accidente espacial (24 de abril de 1967)


“¿Como sabes si la Tierra no es más que el infierno de otro planeta?”
- Aldous Huxley  –
Por Gabriel Macías Nito
El Soyuz-1 despegó sin percances y según el cronograma. Su misión era establecer contacto en el espacio con otra nave que iba a ser lanzada poco después, y se suponía que una vez realizado el acoplamiento, la tripulación de la segunda nave lanzada debía realizar una “caminata espacial” a la cápsula Soyuz-1.

La nave era tripulada y manipulada por Vladimir Komarov, uno de los más capacitados cosmonautas, tenía 40 años de edad. En octubre de 1964, había comandado el Voskhod-1, primer vuelo espacial que trasportaba a más de un miembro en la tripulación. Fue el primer cosmonauta en volar en el espacio dos veces, pero también se convirtió en el primer cosmonauta que perdió la vida en un vuelo espacial.

Una falla del paracaídas causó que su cápsula Soyuz-1 se estrellara contra el suelo cuando realizaba el aterrizaje. Aquel trágico día fue el 24 de abril de 1967.

Antes de que aquello ocurriera, la misión se había ejecutado con ciertos contratiempos. 540 segundos después del despegue, el Soyuz-1 se separó del vehículo de lanzamiento y alcanzó una órbita establecida. Fue entonces que comenzaron los problemas. Cuando Komarov estaba en el rango de comunicación, informó a la sala de control que uno de los paneles solares que era crítico para el suministro de energía no se abrió. El panel solar no desplegado, reducía la potencia eléctrica y bloqueaba los sensores de orientación.

El control terrestre decidió cancelar la misión y prepararse para un aterrizaje de emergencia. El primer intento de aterrizaje falló, porque el encendido de los motores estaba bloqueado por el sistema de control de vuelo. El control de tierra solicitó a Komarov realizara otra órbita para volver a ubicar la nave en posición de ingreso a la Tierra.

La nave recibió las últimas instrucciones, y mientras trancirria el descenso, se perdió la comunicación, Komarov y el control terrestre, volvieron a estar en comunicación justo antes del aterrizaje. Komarov informó que estaba listo para el aterrizaje y después de esa conexión, Soyuz-1 repentinamente quedó en silencio, y la voz de Komarov nunca más se volvió a escuchar.

Según los investigadores, la tragedia ocurrió durante el aterrizaje de la nave espacial, cuando el paracaídas principal no pudo desplegarse, y colisionó con toda fuerza en la Tierra. Los restos de Vladimir Komarov fueron enviados a Moscú y enterrados en la muralla del Kremlin. En la zona de la catástrofe, se levantó un monumento para conmemorar al valiente cosmonauta.

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