lunes, 9 de abril de 2018

Estreno de Espartacus (9 de abril de 1968)


“Nadie combate la libertad; a lo sumo combate la libertad de los demás. La libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de algunos, otras veces como derecho de todos”
-Karl Marx-
Por Gabriel Macías Nito
Espartaco, fue un desertor del Ejército romano, quien, una vez capturado fue vendido como esclavo a un instructor de gladiadores. Huyó junto con otros gladiadores y se le unieron un gran número de esclavos fugitivos. Enfrentó al gran ejército romano en el sur de Italia y puso en jaque la estabilidad imperial. Marco Licinio Craso persiguió a Espartaco y a sus seguidores hasta destruir al ejército rebelde, durante las Guerras de gladiadores, Roma perdió al menos 100 000 esclavos.

Con el transcurrir del tiempo, Espartaco se convirtió en el símbolo del proletariado y la lucha del oprimido. Marx y Engels en El Manifiesto Comunista trajeron nuevamente a Espartaco a sus textos y sin duda se volvió uno de los personajes más mencionados en la Rusia soviética.

Inspirados en esta historia, el 9 de abril de 1968, el ballet Spartacus, coreografiado por el gran maestro ruso Yury Grigorovich, se estrenó en el Teatro Bolshoi. Reconocido durante cuatro décadas, como uno de los mejores espectáculos artísticos, retrato de excelencia y atletismo.

Como si de una rebelión se tratase, “Espartaco”, ballet icono de la ideología  soviética, fue montado bajo el propio riesgo de la compañía y con una fuerte desaprobación del gobierno. La primera presentación se había realizado años atrás, en 1956, con Leonid Jakobson como coreógrafo, fue muy costoso y en aquel entonces no tuvo éxito por lo que casi cayó en el olvido.

Esta nueva producción fue un éxito instantáneo. La espectacularidad y novedad de las ejecuciones que despojó elementos del ballet clásico le valieron la admiración del público. En una de las escenas, se dejan solos a Espartaco y a Craso en un verdadero duelo de destreza magistral y habilidad atlética.

Con la puesta en escena de Espartaco, el ballet soviético alcanzó una nueva dimensión, en la década de los setenta, se presentaba una vez al mes. Hoy en día, los shows se reducen a uno o dos veces por año, todavía es muy popular, y en las escuelas de danza siempre se busca al nuevo Espartaco, que es sin duda, el personaje más codiciado, el que todo bailarin sueña con llegar a representar.

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