jueves, 16 de noviembre de 2017

Pepsi llega a la URSS (16 de noviembre de 1972)

“Be Sociable, Have a Pepsi!”
-Slogan de Pepsi en los años sesenta-

El 16 de noviembre de 1972, “PepsiCo” llegó a un acuerdo de trueque con el gobierno de la Unión Soviética, en el que se le concedían a PepsiCo los derechos exclusivos de exportación y comercialización de vodka Stolichnaya a cambio de la importación y comercialización soviética de Pepsi-Cola. Este intercambio histórico llevó a Pepsi-Cola a ser el primer producto extranjero legalmente aprobado para ser vendido en la URSS.

La historia de Pepsi-Cola en Rusia y la Unión Soviética se remonta a 1959 cuando, durante la feria comercial nacional de Estados Unidos en Moscú, Nikita Khrushchev  probó por primera vez la bebida estadounidense. La prensa se volvió loca con fotografías del líder soviético bebiendo Pepsi, y los periódicos de todo el mundo aparecían en los titulares como “Khrushchev quiere ser más sociable” (haciendo referencia al slogan de aquellos días). Sin embargo, en el apogeo de la Guerra Fría, esta imagen se convirtió en un símbolo de las relaciones de calentamiento de las dos superpotencias.

La primera fábrica de embotellado de Pepsi se abrió en Novorossiysk en 1974. En los años siguientes, más de veinte plantas de propiedad estatal pudieron producir la marca Pepsi-Cola en la Unión Soviética. En 1986, PepsiCo fue el patrocinador oficial de los Goodwill Games en Moscú y se convirtió en la primera firma occidental en publicar anuncios en la televisión soviética.
Antes de que se vendiera Pepsi en la URSS, algunas de las otras bebidas carbonatadas disponibles eran Baikal y Tarhun. Las pocas personas que alguna vez probaron Pepsi-Cola antes de que se produjera en la URSS fueron las que viajaron al exterior. Algunos incluso traerían una lata vacía y la exhibirían en sus salas de su casa.


Sin embargo, Pepsi pronto se convirtió en un ícono para adolescentes y adultos soviéticos, afianzándose gradualmente en la vida cotidiana y eliminando todos los demás refrescos. La forma curiosa de la botella y su sabor inusual fue recibida con gran demanda por parte del público soviético. La bebida gaseosa estaba ampliamente disponible en todo el país por solo 45 rublos.

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