martes, 26 de diciembre de 2017

Vosstanie dekabristovt (26 de diciembre de 1825)

“Tengo la esperanza de que la victoria será nuestra. Incluso estoy convencido de nuestra victoria. ¡La razón ha de vencer!”
- Yevgueni Zamiatin-

En diciembre de 1825, estallaron en Rusia una serie de sublevaciones enmarcadas en el contexto de la sospechosa muerte del zar Alejandro I, el ascenso al trono de su hermano Nicolás I y las reclamaciones por parte de sectores del ejército, la nobleza y el clero sobre quien debía heredar en verdad el trono; Nicolás o su otro hermano el Gran Duque Constantino, que había renunciado a los derechos sucesorios en 1823.

Además, en Rusia vivía bajo las tensiones de las reformas que había introducido Alejandro I, se discutía volver a una monarquía absoluta o establecer la monarquía constitucional.
La primera sociedad política secreta en Rusia, que finalmente formó el núcleo de lo que se convertiría en el movimiento Decembrista, fue la Unión de Salvación, establecida en San Petersburgo en 1816. Su objetivo era eliminar la autocracia monárquica y la servidumbre. Esto llevó a la formación de un grupo mucho más grande, con alrededor de 200 miembros, la Unión de Bienestar en 1818.

Durante algún tiempo, sus actividades estuvieron principalmente relacionadas con la propaganda y la inscripción de nuevos miembros. Sin embargo, diversos puntos de vista dentro del grupo llevaron a que casi se disuelva por completo en 1821.

El 26 de diciembre de 1825, más de 3.000 personas se reunieron en la Plaza del Senado en San Petersburgo. En el curso de la revuelta, hubo un problema que resultó ser fatal para los rebeldes. El líder del levantamiento, que se suponía que tomaría el mando de todas las tropas reunidas en la plaza, el llamado "dictador" Trubetskoy, no apareció en el momento más decisivo. Dejados sin timón, los soldados no sabían qué hacer y, a partir de entonces, comenzaron lo que se conoció como la "Revolución Permanente".

Inicialmente se trató de poner fin a la situación mediante la persuasión, pero finalmente, el ejército imperial debió abrir fuego, alcanzando un número indeterminando de víctimas. Los que lograron escapar fueron perseguidos y la mayoría de ellos capturados.

El intento de revolución de 1825 fue corta, parecía que no tendría consecuencias, sin embargo, fue un punto de inflexión en el movimiento revolucionario ruso, debido a la introducción de individuos influyentes e intelectualmente avanzados en la batalla contra la autocracia, y se convirtió en la fuente de inspiración para las generaciones venideras.



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