viernes, 22 de diciembre de 2017

Leonid tenía un día (20 de diciembre de 1906)

“Un hombre enciende el televisor. En el primer canal está dando un discurso nuestro querido Leonid Ilich. Cambia al segundo canal: de nuevo Brézhnev. Pasa al tercer canal: otra vez Brézhnev. El cuarto: un coronel del KGB amenaza con el puño desde la pantalla y dice: “vuelve a cambiar de canal…”

Al día siguiente de su cumpleaños se celebraba el día de Brézhnev. Los últimos años de su gobierno los dedicó al culto de su personalidad. Amante de las condecoraciones y las medallas, recibió, impuestas por el mismo, más de 100. El 20 de diciembre de 1966, un día después de su 60 aniversario, “fue galardonado con el Héroe de la Unión Soviética”, y a partir de aquel año, siguieron las condecoraciones en “el día de Brézhnev”.

Su debilidad por las medallas inmerecidas contrarrestó con lo que se conoce como el “período de estancamiento”, cuando en la década de 1970, el crecimiento económico de la URSS se detuvo. En lugar de crear planes para desarrollar la industria y la economía, bajo Brézhnev se mejoró el nivel de vida de la gente a costa del Estado.

Leonid Ilich Brézhnev nació en Dniprodzerzhinsk, hoy Ucrania, el 19 de diciembre de 1906, fue el Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, presidiendo al país de 1964 hasta su muerte en 1982. Su desempeño como líder es ampliamente criticado porque marcó el comienzo del fin de la URSS, un lento estancamiento que culminó a finales de los años ochenta con su desaparición.

Brézhnev también es recordado por los chistes que se contaban en voz baja en la URSS. A pesar de los serios problemas que un ciudadano podía tener por contar chistes políticos, en la época de estancamiento del todopoderoso Partido Comunista dirigido por Brézhnev circulaban muchos chistes sobre “el querido Leonid Ilich”.

Una de las costumbres más conocidas de Brézhnev era besar a los líderes mundiales con los que se reunía, daba un apasionado beso en cada mejilla y finalmente otro en los labios. El más conocido de todos fue el que se dio con Erich Honecker, secretario general del Partido Socialista Unificado de Alemania. Este beso fue inmortalizado en un grafiti de Dmitri Vrúbel en los restos del Muro de Berlín.


Solo Iósif Stalin presidió la Unión Soviética más tiempo que Brézhnev. Gorbachov le culpó por no modernizar y no cambiar con los tiempos. En su defensa los soviéticos alcanzaron tranquilidad y estabilidad, en una encuesta de opinión hecha en 2007, una gran mayoría de los rusos encuestados deseaban vivir durante la época de Brézhnev, más que en cualquier otro período de la historia de la Ruso-Soviética durante el siglo XX.

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