viernes, 22 de diciembre de 2017

Turquía atenta a Rusia (19 de diciembre de 2016)

“¡No olviden a Alepo!” “¡No te olvides de Siria!”
- Mevlüt Mert Altıntaş-

En el transcurso de 2017. Moscú y Ankara trabajaron arduamente por restaurar relaciones tras graves eventos políticos y económicos sucedidos entre ambas naciones. El derribo de un caza ruso por el ejército turco, las sanciones y vetos alimentarios impuestos a productos turcos en Rusia, y ante todo esto y la más determinante, el apoyo a distintos bandos en el conflicto sirio.

Como si lo anterior no fuera poca cosa, el asesinato del embajador ruso en Turquía, el 19 de diciembre de 2016, llevó las relaciones entre ambos países en un nivel verdaderamente crítico y alarmante. Pero antes de pensar en un enfrentamiento directo, puso en evidencia la importancia fundamental de establecer un dialogo Rusia-Turquía.

Hacia las 19:05 en el Centro de Arte Contemporáneo en Ankara, durante la inauguración de la exposición fotográfica “Rusia a través de los ojos del viajero, desde Kaliningrado a Kamchatk”, un policía turco, adscrito a una unidad antidisturbios en Ankara, disparó al embajador Andrei Karlov. Lo hizo al grito de “Ala es grande”, “No olviden a Alepo, no olviden a Siria” tanto en turco como en árabe y evidenció a la martirizada ciudad de Alepo.

El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan declaró que el atentado fue dirigido para interrumpir proceso normalizar las relaciones entre Rusia y Turquía. El motivo del ataque no estuvo del todo claro. Aunque es un evidente reclamo contra la participación militar rusa en Alepo como parte de la Guerra Civil Siria.
El violento atentado a Andréi Kárlov, el diplomático ruso, más allá de enfrentar a ambos países, abrió una vía pacífica para la reconciliación. Según ambas naciones, los países superaron esta crisis gracias al incesante trabajo de Andréi Kárlov y en la actualidad, Rusia y Turquía han puesto de su parte para crear un clima cordial. El líder ruso, Vladimir Putin y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, reconocen a sus países como dos viejos socios.


“Rusia y Turquía son países vecinos, unidos por una historia común, intereses estratégicos comunes y planes a gran escala. Ambos países están convencido de que hay razones para prever con un futuro excelente”.

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