miércoles, 28 de marzo de 2018

Maksim Gorki (28 de marzo de 1868)


 “Cuando el trabajo es un placer la vida es bella. Pero cuando nos es impuesto la vida es una esclavitud.”
-Maximo Gorki-
Por Gabriel Macías Nito
Cuando Alekséi cumplió 30 años, ya era respetado por los intelectuales de su época. Sus obras más destacadas eran cuentos conocidos en varios países de Europa. Al darse cuenta de la aceptación de su trabajo, comenzó a escribir obras de teatro, las que definitivamente le encumbraron.

Maksim Gorki era su seudónimo, había conseguido una personal síntesis literaria a partir de sus experiencias como vagabundo en la región del río Volga. En sus líneas se podía encontrar la influencia de Tolstói o Chéjov; pero a esta forma de escribir añadía las inquietudes revolucionarias a las que estuvo ligado de modo intermitente la mayor parte de su vida.

Alekséi Maksímovich Péshkov, nació en Nizhny Nóvgorod, Rusia, el 28 de marzo de 1868, reconocido como uno de los escritores más influyentes  de finales de siglo XIX, principios del XX y relator de la Revolución Rusa.

Su infancia fue dura y dedicada a labores pesadas, de joven fue empleado, pintor, trabajo en una empresa ferroviaria y pasante de abogado donde descubrió su pasión por la cultura y la Literatura, por lo que comenzó a leer cada vez más.

Toda esta experiencia, las vivencias y las personas con quien convivió fueron su fuente de inspiración. Sus obras, novelas o relatos hablaban de las personas reales, de las preocupaciones reales, de la vida real. Con Gorki había nacido el Realismo socialista.

Cuando llegó la Revolución de 1917, su posición se volvió ambigua: por un lado, apoyó a las nuevas autoridades, pero, por otro lado, mantuvo sus propias creencias, pensando que la cultura de masas es más importante que la lucha de clases. Las relaciones de Gorky con las autoridades gradualmente se agravaron y en 1921 abandonó Rusia, se instaló en Alemania para recibir tratamiento médico.

Cuando los bolcheviques lograron estabilizar en nuevo estado soviético, Gorki volvió a tierras rusas, pero ahora llegaba a la Unión Soviética, sin embargo, los cuestionamientos que hacía al Estado le llevaron  nuevamente a ser deportado, lo que lo obligó a vivir durante dos años en Alemania. Volvió definitivamente a su país natal de la mano de Stalin en 1928, le nombró “Presidente del sindicato de escritores soviéticos”.

En su espléndida colección de trabajos se encuentran muchos clásicos de la literatura occidental. Luego de contraer una neumonía fulminante, el escritor murió en una casa de campo de Lenin, en las cercanías de Moscú, el 18 de junio de 1936.


El Parque Central de la Cultura y el Ocio, fundado el 12 de agosto de 1928, fue rebautizado en honor Maxim Gorky en 1932. El “parque Gorky” es uno de los más grandes y famosos de Moscú.  

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