sábado, 24 de marzo de 2018

El Primer Romanov (24 de marzo de 1613)


“El zar tenía que ser todo: jefe del ejército, primer ministro, papa... era demasiado para cualquiera”
- Andrés Seoane –
Por Gabriel Macías Nito
La historia de los Romanov comienza con una boda celebrada el 3 de febrero de 1547 en la Catedral de la Anunciación. Iván IV el Terrible, gobernante que consolidó el poder de Rusia, contrajo nupcias con Anastasia Románovna, hija de un destacado aristócrata y temido boyardo Román Zajarin.

Iván y Anastasia, tuvieron varios hijos, entre ellos, Teodoro, también castellanizado como Fiódor, quien tras la muerte de Iván IV en 1584, se convirtió, sin saberlo, en el último zar de la dinastía Rúrikovich, reinante en la Rus de Kiev desde 862.

Anastasia murió en 1560, Iván IV se casó seis veces más, y el desenlace de cada uno de los matrimonios posteriores a Anastasia, son, por separado dignos de novelas, películas o series de televisión .

Tras la muerte de Teodoro I, en 1598, sin descendencia, Rusia entro en un periodo de anarquía, otras familias tomaron el control, hubo usurpadores, e incluso, durante unos meses gobernó un príncipe polaco, Vladislao IV. Fue en estos años de anarquía, que los Rómanov ganaron influencia en el gobierno y paulatinamente tomaron control de las instituciones del poder. Cuando los rusos lograron deponer a Vladislao IV en 1613, una asamblea nobiliaria, manipulada por los Romanov, decidió elegir un nuevo zar.

El 24 de marzo de 1613, Mijaíl Fiódorovich Románov aceptó el trono como zar a la edad de dieciséis años. Con su elección y nombramiento, comenzaba la última y más famosa dinastía familiar de Rusia, la Casa de los Romanov. Permaneció en el poder 300 años y tuvo un trágico desenlace con la Revolución Rusa y el asesinato de toda la familia en 1918.

El consejo decidió que Mijaíl era el mejor candidato para ser coronado zar por muchas razones. Primero, era primo de Teodoro I, último zar de la dinastía Rurik; y sobrino nieto de Anastasia, la amada esposa de  Iván el Terrible, lo que hizo que Mijaíl se relacionara con la realeza. Los Romanov eran enemigos de los anteriores gobernantes que habían llevado a Rusia a una situación caótica.

La coronación de Miguel no fácil. Miguel estaba preso en el Monasterio Ipátiev con su madre, a donde Vladislao les había confinado. Cuando la noticia llegó a oídos de Miguel, este se negó a asumir el papel. Su madre estaba asustada por la seguridad de su hijo y no bendijo el nombramiento. Los nobles persistieron, declarando que todo el país se derrumbaría debido a la lucha por el poder, ayudaron a escapar a Miguel y este finalmente aceptó y partió a Moscú.

El reinado de Miguel I estuvo dominado por sus padres; juntos estabilizaron las complejas condiciones que se vivían en Rusia. Comenzaba así la historia de una de las familias más importantes de Europa, Los Romanov.

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