“Cuando Vladimir regresó a Kiev se hizo cargo de la conversión de sus
súbditos. Ordenó que las estatuas de los dioses fueran derribadas, cortadas en
pedazos y algunas de ellas quemadas; el dios principal, Perun, fue arrastrado a
través del fango y arrojado en el Río Dnieper”
–San Vladimir de Kiev-
Vladimir I (c. 956-1015), gran príncipe de Kíev, tras su bautismo, en el
988, se establece el cristianismo en Rusia como religión. Su reinado lo inició unificando y consolidando
territorios del naciente Estado ruso. Fue un aliado de Bizancio, cuya
civilización introdujo en Rusia. Llevó a cabo reformas sociales, construyó
iglesias y combatió el paganismo. Vladimiro I Sviatoslávich es uno de los
santos patronos de Rusia.
La Orden de San Vladimir, fue establecida por Catalina II el 3 de octubre de
1782 (22 de septiembre en el calendario gregoriano), en honor del Príncipe
Vladimir el Bautista, hasta 1917 fue una recompensa para oficiales militares
del rango de teniente coronel y funcionarios de rango medio .
Fue recuperada en 1958 por la iglesia ortodoxa con motivo de la
restauración del Patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Rusa un año antes. Estaba
destinada a ser otorgada principalmente representantes de las Iglesias
ortodoxas. Desde 2013 puede ser otorgado a tanto a eclesiásticos, militares o figuras
públicas que hayan hecho obras útiles para el beneficio de la Ortodoxia.
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