jueves, 7 de junio de 2018

Rusia unida por Alejo II (7 de junio de 1990)


 “Todas las religiones son obras humanas y, en el fondo, equivalentes; se elige entre ellas por razones de conveniencia personal o de circunstancias.”
- Averroes-
Por Gabriel Macías Nito
El cristianismo ortodoxo se rige de forma autónoma, es decir, el obispo de cada Patriarcado, no responde a ninguna clase de obispo de mayor rango. En este tenor, los rusos se reúnen en torno al Patriarcado de Moscú formando la Iglesia ortodoxa rusa, esta es la mayor de las Iglesias ortodoxas orientales del mundo. Se estima alcanza 150 millones, muy cerca de la mitad de los 300 millones de fieles de la Iglesia ortodoxa oriental mundial.

Entre las Iglesias cristianas, la Iglesia ortodoxa rusa es la segunda tras la Iglesia católica en cuanto al número de seguidores, lo cual la convierte, por número de seguidores en la más importante de las iglesias ortodoxas.

Después de la Revolución bolchevique de 1917, muchos rusos tuvieron que marchar al exilio, junto a ellos numerosos clérigos. Si bien, el gobierno soviético lucho contra lo que llamó “supersticiones religiosas”, deteniendo a sacerdotes y demoliendo iglesias. Llegó el tiempo en el que en menor grado permitió ciertas demostraciones de fe, aunque la fe en el comunismo siempre fue mucho mejor valorada. La iglesia ortodoxa existió bajo estricto control gubernamental y estuvo muy lejos de ser un elemento de identidad cultural o cohesión social, pero también se reconoce que nunca fue ilegal.

El 7 de junio de 1990, Alejo II fue elegido XV patriarca de Moscú y de toda Rusia justo en el tiempo en el que la Unión Soviética estaba colapsando. Alejo, en el exilio, hizo mucho para proteger a la ortodoxia rusa durante el régimen soviético, y así, cuando la época del “ateísmo” finalmente terminó, él puso sus esfuerzos en el renacimiento y la renovación de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Alejo II dirigió la Iglesia Ortodoxa Rusa en tiempos verdaderamente difíciles y también tuvo que participar en la vida política. Criticó el intento de golpe en 1991, y durante la crisis política de 1993 organizó negociaciones de paz entre los poderes ejecutivo y legislativo.

Alexéi Mijáilovich Rüdiger, su nombre secular, nació 23 de febrero de 1929, en Tallin, Estonia. Desde muy pequeño estuvo involucrado en temas religiosos. Su vida también está llena de historias detectivescas. Se dice que, en plena época soviética trabajó como espía para la KGB. Esto nunca fue confirmado por el gobierno ni por el propio Alejo, pero hay documentos que señalan este hecho.

Su elección fue determinante en tiempos muy complejos para Rusia, cuando la fuerza de cohesión que era el Estado soviético se derrumbó, la Iglesia ortodoxa y Alejo II estuvieron ahí para dar identidad al pueblo ruso.

Alejo II falleció el 5 de diciembre de 2008 en su residencia de Peredélkino. En su lugar fue nombrado patriarca de Moscú Cirilo I, actual líder de la Iglesia Ortodoxa rusa.


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