lunes, 19 de diciembre de 2016

(19 de 31) México en Brasil 2016 pasé de la frustración a la ironía.


Llegó agosto en esta serie titulada: ¡Diciembre Me Gustó Pa´ Que Te Vayas!, un recuento de los eventos más destacados del 2016.

Verdaderamente SOBRESALIENTE la actuación del deporte mexicano durante los Juegos de la XXXI Olimpiada de Rio 2016, es, en verdad notable la forma en la que un país habido de triunfos, líderes, y alegrías es tan excesivamente capaz de hacer más de lo que pudiéramos imaginar para que las cosas salgan rotundamente mal.

     México, concluyó una adversa participación en los Juegos Olímpicos de Brasil donde, al final, alcanzó cinco, casi sorpresivamente y de "rebote" cinco medallas, dos bronces y tres platas. Tres medallas en el penúltimo día de competiciones. Un número que nublará las vergonzosas actuaciones de dirigentes y federativos y al final les justificará, pero sin duda, el actuar de los encargados del deporte mexicano es para obscurecer el ánimo a pesar de los cinco preciosos metales y sus dignísimos portadores. Nada de lo que aquí expongo es novedad, ni estoy descubriendo vida en el planeta Marte, pero tal vez Freud diría si lo dices y lo sacas sanaras un poco tu “enca…enojo” pues.

     Para empezar, la CONADE (Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte), organismo público descentralizado (adscrito a la Secretaría de Educación Pública), ósea, adscrito a la SEP, ya de ahí en adelante todo puede ocurrir. Alfredo Castillo, quien lleva las riendas de esta comisión, este… ¿de verdad lleva las riendas?, no pos si así es llevar las riendas, mejor que contraten a Ben-Hur, ese sí que sabía llevar las riendas, y si era Charlton Heston, no bueno, mucho mejor. El caso es que "Freddy Castles", desde que dejó los “encargos que le encargo” el presidente Enrique Peña Nieto en Michoacán  y lo designó responsable ¿responsable? del deporte mexicano, no ha hecho más que poner al sector en peores condiciones que cuando lo recibió. El desempeño de Castillo al frente de la CONADE siempre ha sido un despeñadero. Por ejemplo: Los conflictos que protagonizó con los presidentes de las federaciones, que por cierto son también “canela fina”, a finales de 2015 provocó que el Comité Olímpico Internacional amenazara a México de no participar en Rio 2016. Luego, Castillo se peleó con el director operativo de la Federación Internacional de Natación, Cornel Marculescu, y entre una cosa y otra, el Campeonato Mundial de Natación que tendría como sede la ciudad de Guadalajara en 2017, fue cancelado por el gobierno mexicano. Había un contrato en el que México aceptaba pagar una multa de 5 millones de dólares si se decidía no llevar a cabo este evento, y la FINA, una vez cancelado el evento, pidió se realizara dicho pago, mismo que simplemente no se ha realizado, luego entonces, ahora en Rio, si un clavadista tuvo un clavado que podría merecer un 8.5, los jueces, de la FINA, lo calificaban con un 7.0 y así por el estilo.

   Alfredo Castillo no pudo tomar el mando y tener las habilidades suficientes controlar, vigilar y ordenar el despilfarro de las federaciones y de sus dirigentes que llevan “siglos” en sus cargos sin que a estos “dirigentes” federativos les interese, en absoluto del desempeño de los atletas.

   Organismos deportivos de países como Gran Bretaña, Alemania o Estados Unidos no reciben  recursos económicos del gobierno, los euros, libras o dólares con los cuales cuentan para llevar a sus deportistas a obtener los resultados que vimos en Rio 2016, lo hacen por otros mecanismos, generalmente privados. Además hay instituciones que se dedican a revisar que se hace con ese dinero, como lo utilizan o en que lo invierten. En fin otra forma de administrar el deporte, que por cierto, y al final del día es un muy buen negocio. Además de dar enormes alegrías a sus habitantes y beneficios económicos. En México, no se sabe ni quien gobierna a quien, parece que CONADE, COM, y CODEME (Confederación Deportiva Mexicana, que es la que regula a las federaciones), juegan a “Piedra, Papel y Tijera” y ya saben que en ese juego nunca se sabe quién le gana a quien

   En los juegos de Rio 2016, ni la Federación Mexicana de Futbol, que tiene los mejores “dineros” y deportistas profesionales se salvó. Fueron a, la verdad no se a que fueron, quedaron eliminados en la fase de grupos, aun sabiendo que defendían el título de campeones olímpicos. A Decio de María, presidente de la FMF le interesan más los partidos “moleros” que se juegan en Estados Unidos, que por cierto, esos SI se transmiten por la televisión abierta y abiertamente mostró poco o ningún interés en la participación olímpica, “alcabo” esa ni deja dinero, los partidos moleros si dejan, y muchos dólares.

     Por último, los deportistas, que son los que dan la cara, y a quienes se les viene el mundo y los comentarios encima cuando no se logran los resultados que la misma prensa dijo se alcanzarían tales o cuales éxitos. Asistieron 125 deportistas, el mínimo, mínimo por ciento de la población de México, se entrenan como pueden, algunos mejor, otros no tanto y otros en sus ratos libres. Durante sus competencias hacen lo que pueden, algunos un poco más, otros un poco menos, les pedimos que pongan “gue…os” y que dejen todo en sus campos de batalla. Pero que fácil para nosotros estamos muy “comodotes sentadotes en nuestros sillonzotes” nos enojamos y decimos: chaaaaaaaaaaales, no pusieron la última gota de sudor. Algunos analistas dicen que les falta poner garra y esfuerzo para comerse al oponente; otros comentaristas opinan que los deportistas ya los ven como enemigos (a los de la TV) y que hay una guerra entre los enviados a cubrir los juegos y los competidores y todos se enojan. Otros más, de los periodistas deportivos, argumentan que los deportistas son los menos culpables de los escándalos y despilfarros, de los gastos de los presidentes de las federaciones mexicanas y sus comitivas en Rio; primas, tíos, mamas, novios, amantes, etcétera.

   O que los atletas se escudan en los pleitos entre presidentes federativos y Alfredo Castillo, “Que tu las traiiis, no que las traiiis tu” y “que soy espejo y te reflejo” y mientras, los combatientes, salen al tatami, por ejemplo, y les dan patadas por acá y patadas por allá. Que el aire estaba muy fuerte en el sambodromo y los competidores de tiro con arco, nada. Desafortunada la memoria histórica para deportistas como José Carlos Herrera que llegó a semifinales en 200 metros; Claudia Rivas noveno lugar en triatlón; Alberto Álvarez, séptimo lugar en la final de Triple salto masculino; Diego del Real que estuvo a punto de conseguir medalla de bronce en lanzamiento de martillo y quedó finalmente en cuarto lugar; o la siempre guerrera Paola Espinosa, también cuarto lugar en plataforma de 10 metros. Ellos y algunos más, que teniendo destacadas actuaciones, no serán valorados por no alcanzar medalla y el tiempo se encargará de hacer desaparecer el recuerdo de su destacada participación.


     En fin, solo brillarán en nuestro recuerdo las tres medallas de plata. María Guadalupe González, marcha de 20 kilómetros; María del Rosario Espinoza, taekwondo +67kg y que logró su tercera medalla olímpica en tres justas diferentes; Germán Sánchez en clavados plataforma de 10 metros. Y los dos bronces; Misael Rodríguez bronce en box peso medio e Ismael Hernández, una medalla sorpresa en Pentatlón. Solo ellos pasarán a los libros y registros del olimpismo mexicano, los otros 120 competidores se irán borrando de nuestra memoria, pues, para nosotros, “SOLO LO QUE BRILLA ES ORO. Pero…No se deje engañar por tres platas y dos bronces”.

...por su atención, mil gracias

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