martes, 26 de julio de 2016

AUGURIOS OLIMPICOS (20/33)


München 1972 (20/33)

14h. 57m, 26 de agosto de 1972, en el sonido del flamantemente, nuevo y espectacular Estadio Olímpico de la capital bávara se anunciaba que en tres minutos daría inicio la ceremonia que inauguraría los Juegos de la XX Olimpíada (Deutsch: Olympische Sommerspiele 1972). A las quince horas, en punto llegaban al recinto los presidentes de la República Federal de Alemania, Gustav Heinemann y el presidente del Comité Olímpico Internacional, Avery Brundage. El primer acto protocolario de la ceremonia fue la entonación del himno die Bundesrepublik Deutschland y se hizo la bandera de esta nueva nación.

Seis años atrás, el martes 26 de abril de 1966 y siete días antes de que yo naciera (3 de mayo de 1966, también en martes), se realizó la Sesión 64 del COI, en Roma, Italia, en la cual Múnich vencía a las candidaturas de Madrid, Montreal y Detroit en la carrera por organizar los juegos de 1972. A partir de aquel año quedaba definido que el evento celebraría del 26 de agosto al 11 de septiembre de 1972.

Inmediatamente después de la llegada de las máximas autoridades germanas y olímpicas, comenzó el desfile de las naciones, abrió la histórica y tradicional delegación de Grecia, la nación que dio origen al olimpismo, le seguía Egipto (Deutsch: Ägypten) y así fueron apareciendo una a una 121 delegaciones nacionales en estricto orden alfabético según el deutsh.
 El andar de los atletas era amenizado por música; una mezcla de marchas militares y olímpicas, ritmos que identificaban al país que desfilaba y acordes de la época. Por momentos sonaba a Barry White o, “aquella música que se escuchaba en los elevadores”, o Ray Conniff; era preámbulo del Boogie Dance y la música disco. Una “cosa rara” pero extrañamente sonaba bien, daban más ganas de bailar, que de marchar.
Die mexikanische Delegation” fue ovacionada estaban todavía presentes los juegos anteriores. En tierras germanas no se decía: “2 de octubre no se olvida”, lo que no olvidaban era los Juegos del 68. Al equipo mexicano le acompañaba el son del Jarabe Tapatío. Pero "neta" iban bien raramente vestidos, con una cosa tipo poncho o mandil de taquero blanco, con cinturón, blanco, y una hebilla color bronce donde destacaban aros olímpicos y debajo del ¿poncho? un atuendo tipo pants color verde bandera y un sombrero color paja.
En cuatro años las modas sí que habían cambiado, los elegantes y conservadores años sesenta quedaban atrás, ahora, se veían minifaldas, peinados más desenfadados y unos zapatos blancos de tacón bajo y ancho tipo “miss” en ellas, las liberadas (por lo de la liberación sexual). En ellos; cabellos largos y largas patillas, grandes bigotes desaliñados, peinados afro, pantalones acampanados. A aquellos elegantes cadetes del colegio militar de México 68 los cambiaron por guapas germanas vestidas con un mini short, camiseta y gorra; todo en color blanco. Definitivamente habían llegado los años setenta.
Entraban al estadio los procuradores del Plan Marshall (para la recuperación de Europa tras la Segunda Guerra Mundial, los norteamericanos, que dieron ayudas económicas por valor de unos 13,000 millones de dólares de la época), Estados Unidos, en cierta medida a ellos se les debía y “sí que se les debía”, que aquel día soleado de agosto se pudiera dar inicio a los segundos Juegos Olímpicos en territorio teutón. Después del país anfitrión, la representación norteamericana fue la que recibió la ovación más calurosa. Vietnam iba penúltima y le daba paso a Deutschland (Occidental, la RDA, la comunista, participó como equipo independiente) y el público estalló el júbilo, los aplausos de la gente seguía frenéticamente el ritmo de la música. Ellas iban vestidas con un traje sastre y falda mini en amarillo bandera alemana (“quien de amarillo se viste, en su belleza confía); ellos con un saco azul celeste, era el color de la identidad de aquellos juegos, un azul muy bonito, raro para un saco, pero bonito, camisa del mismo amarillo que ellas y pantalón negro.

Tras Alemania entraron cientos de niñas y niños entre 8 y 12 años, vestían short deportivo portando los mismos colores amarillo y azul, las niñas llevaban un “bouquet” de flores (es que la palabra “bouquet” me gusta mucho por cursi), y los niños un arco de guirnaldas. Rodearon los 400 metros que mide la pista de tartán y realizaron algunos ejercicios y tablas gimnásticas mientras, al centro, y en las gradas, atletas y público asistente eran testigos de este nuevo número en una inauguración de unos juegos.

Llego el momento de los discursos oficiales, mientras, se escuchaba la fanfarria de los juegos de Múnich. El presidente del comité organizador del evento, Hans-Dietrich Genscher, daba el discurso de bienvenida a atletas, jueces, preparadores físicos y público. Después, el presidente del COI, Avery Brundage pedía al presidente de la República Federal de Alemania, Gustav Heinemann hiciera la declaración oficial de inauguración, dijo algo así como:
“Ich erklären die Olympischen Spiele Münchenn1972 die XX Olymppiade neuzeit eroffnet”.

Esta fue la marcha olímpica de München 1972

Hecha la declaratoria inaugural, entraba la bandera Olímpica llevada por 8 atletas alemanes, para ser izada mientras se entonaba el himno del olímpico. México entregó la bandera olímpica, La Bandera de Amberes, que había custodiado en los juegos anteriores para que fuera ahora München quien vigilaría de ella. Para realizar la entrega se hizo presente en folclore mexicano, la hermosa bandera entró alegremente acompaña del Ballet Folclórico Nacional de México, dirigido por Octavio Senties bailando música de Mariachis. Múnich también la recibió con folclore bávaro, Bavaria y México mezclaron en el tartán Germano sus tradiciones y cultura.

Cientos de palomas anunciaban la llegada del fuego olímpico que se encendio el 28 de julio en Olimpia y transportado a Múnich por 6,000 relevistas, recorrió 5,532 kilómetros, pasando por Atenas, Tesalónica, Estambul, Varna, Bucarest, Belgrado, Budapest, Viena, Linz, Salzburgo, Innsbruck, Garmisch-Partenkirchen y finalmente llegaba a Múnich. El honor del último relevo y encendido del pebetero le correspondió a Günter Zahn, un prometedor campeón juvenil de Atletismo en la prueba de 1500 metros, y con el corrían cuatro atletas que representaban a cada continente, le acompañaron hasta el pie de la escalinata, Günter representaba a Europa y a Alemania.
Tras el encendido del Fuego Olímpico y la ovación, vinieron los compromisos. En nombre de los atletas Heidi Schüller, que competiría en 100m con vallas (quedó finalmente en quito puesto), fue la primera mujer en pronunciar el juramento olímpico. También, primera vez los jueces se comprometieron a realizar juicios justos e imparciales, le correspondió hacer la primer promesa de actuar imparcialmente a Heinz Pollay, juez alemán de equitación.

Un coro bávaro dio por concluida la ceremonia, mientras ordenadamente salían los deportistas del campo y el público se quedó sentado como esperando que algo más sucediera, no se querían ir, hubieran deseado que de inmediato comenzaran las competencias. Por primera vez vimos a una mascota, Waldi, un perro salchicha.

El lema de estos juegos fue "Los Juegos Felices” desafortunadamente, terroristas palestinos tomaron como rehenes a nueve atletas israelíes, dos fueron asesinados y el lema no pudo cumplirse.

Compitieron 7,134 (1,059 mujeres y 6,075 hombres), 121 naciones y 195 pruebas y 20 deportes. La parte más alta del medallero fue para la URSS obtuvo 50 medallas de oro, 27 de plata y 22 de bronce. Estados Unidos quedó en segundo lugar, República Federal de Alemania en tercero y República Democrática Alemania en cuarto, aun como un solo equipo y sumando las medallas de ambas naciones, Alemania hubiera ocupado el mismo tercer puesto.

Québec nous attend pour la prochaine édition (21/33)


Στο επανιδείν!

No hay comentarios:

Publicar un comentario