martes, 26 de julio de 2016

AUGURIOS OLIMPICOS (19/33)

México 1968 (19/33)

https://www.youtube.com/watch?v=KbnZpuQXCDA (Compuesta por el mexicano Carlos Jiménez Mabarak,  elegida para ser la fanfarria oficial de los juegos olímpicos de México 1968).

¡2 de Octubre, NO se olvida! ¿Y? ¿El 12 de Octubre?, ¿Si se olvida? Que cruel destino para la memoria colectiva de los mexicanos que dos eventos, uno tan significativo y trágico, otro tan festivo y espléndido, hayan coincidido en 1968. No pretendo ahora encontrar o entender los motivos del movimiento estudiantil del 68 o juzgar la forma en la que debieron o no actuar los dirigentes del país en aquellos días de octubre. Más bien es compartir mi pesar en como este desafortunado “desencuentro se encontró” y como los Juegos de la XIX Olimpiada celebrados en aquel significativo año, hubieran permitido hacernos creer que éramos una gran nación y que podíamos mostrarnos y mostrarle al mundo de lo que pudimos ser, pero no, no fue así, estos juegos siempre tendrán la sombra de Tlatelolco y nunca permitirán que para al país que los organizó le resulte un evento digno de orgullo, de reconocimiento y de decir a todo pulmón: Los juegos de olímpicos de México fueron ESPECTACULARES. Esa afirmación siempre traerá comentarios como: esos juegos sirvieron para que el gobierno pudiera poner un velo al 2 de octubre, que se repite y se repite “No se olvida”, pero ya ni saben que es lo que no se debe olvidar y cuál era el reclamo de aquellos jóvenes, solo saben que no se olvida. Los juegos Olímpicos se desarrollaron en un clima de enojo, frustración y desvalorización. La mayoría de las veces se han visto como la cortina ideal para tapar lo que había sucedido 10 días antes.

La Ciudad de México, había presentado su candidatura para realizar los Juegos de 1956 y de 1960. La tercera fue la vencida, el 20 de junio de 1963 se publicó en el Diario Oficial el decreto de Adolfo López Mateos donde autorizaba se gestionara que la capital de la nación mexicana fuera sede de los Juegos Olímpicos de 1968. La candidatura de México se basó, además del aporte cultural que este país brindaría al mundo, en que un alto porcentaje de las instalaciones eran existentes, el recinto más icónico fue el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria que funcionaba desde 1952 y se acondicionaría para recibir a 80,000 espectadores, el Estadio Azteca ya era un proyecto del empresario mexicano Emilio Azcarraga a punto de comenzar y se presentó como parte de los recintos deportivos, después de construiría el Palacio de los Deportes, y la Alberca Olímpica, joyas de la arquitectura mexicana aún en funcionamiento.  

Fue elegida como sede el 18 de octubre de 1963 tras celebrarse la Asamblea del Comité Olímpico Internacional en Baden-Baden, Alemania. Superó a Detroit, Lyon y Buenos Aires. Estos Juegos fueron los primeros organizados por un país en vías de desarrollo, en una nación hispanohablante y los primeros en Latinoamérica. Se llevaron a cabo del 12 al 27 de Octubre para que la temporada de lluvias no afectara el evento. La Ruta Olímpica fue una de las grandes herencias artísticas y escultóricas. Se organizó por primera vez una Olimpiada cultural, la última se presentó en Atlanta 1996 tras cometerse un atentado mientras se llevaba a cabo un concierto, causando la muerte de 2 personas y centenares de heridos.

La altitud de la Ciudad de México hizo que los juegos fueran cuestionados hasta el mismo día de la inauguración, pero los resultados deportivos fueron “increíbles”, la XIX Olimpiada fue un festival de récords, 34 mundiales y 38 olímpicos, muchos de estos perduraron por décadas. El más recordado y longevo fue el de Bob Beamon en salto de longitud, su ejecución fue llamada “el salto del siglo”, 8.90 metros. Dicho récord perduró durante 22 años, 10 meses y 22 días, hasta ser superado en la final del mundial de Tokio (1991) por Mike Powell con 8.95 metros.
¡Y ya se, ya se!, si no menciono a Vera Caslavska reclamaran que faltó lo más importante de estos juegos, Caslavska llegó a México 68 como la mejor gimnasta del Mundo, enamoro a todo el país, sumó cuatro oros y dos platas más a su cuenta personal que había iniciado en Tokio 64, se proclamó “campeona olímpica” del concurso general. Pero Vera no solo pasó a la historia sólo por sus méritos deportivos, junto a su novio Josef Odložil hicieron la promesa de casarse si se cumplían dos condiciones: si ella retenía su título general individual y él llegaba a las finales de los 1500 metros, entonces se casarían en México. Ambas condiciones se cumplieron. Las autoridades mexicanas les brindaron su apoyo y les recomendaron que contrajeran nupcias en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Y así lo hicieron ante una catedral abarrotada de asistentes y curiosos y al compás del mariachi acompañaron el evento que fue todo un acontecimiento, por ello se le adjudicó el título de “La novia de los Juegos de México”. Su compromiso y apoyo a la resistencia contra el régimen comunista hicieron de su vida, posterior a los juegos olímpicos una historia digna de una telenovela del Canal de las Estrellas; podría titularse algo así como “Entre podio, amor, barranco y tragedia”, o “Éxtasis y agonía”, o “Los dos destinos de la Novia de los Juegos de México”.

Pero debía yo escribir de Inauguraciones, ¿verdad?...y mejor…este ¿he? Ah si…de la identidad olímpica del 68 que fue un verdadero hito gráfico, no solo de los juegos, de la mercadotecnia, la vanguardista propuesta estética, el uso y venta de platos, vasos, llaveros, ceniceros, y un larguísimo etcétera que hizo de estos juegos una marca que perdura hasta nuestros días, y la organización magistralmente llevada por el Arquitecto DON Pedro Ramírez Vázquez que sustituyó como presidente de la coordinación del evento al expresidente Adolfo López Mateos que fallecía a los 56 años. La olimpiada cultural un sinfín de fórmulas que México dejó para el futuro del olimpismo, pero insistiré, los eventos sucedidos previos a la realización de los Juegos hicieron que los logros perdieran valor y deterioraran la imagen conquistada. Se recuerda más que la tenencia vehicular “se inventó” para el pago de las deudas del evento, a todo lo aportado por la nación mexica. Se cumplieron los objetivos de mostrar a los mexicanos el mundo y de mostrar al mundo las capacidades de México, pero el que considero más importante, que era mostrarnos a los mexicanos de la capacidad que teníamos de estar al nivel de países desarrollados, en el mejor de los casos se cumplió a medias.
¡Ah!...si ya casi se me olvidaba, lo de la inauguración, “pues” estuvo muy bonita. A las 12 del medio día del 12 de octubre de 1968, bajo un cielo que todavía mostraba grandes nubes de lluvia,  flotaban en el centro del campo universitario unos enormes globos que formaban los aros olímpico, entonces, fueron liberados y ascendieron más y más y más, hasta perderse en el infinito. Gustavo Díaz Ordaz llegaba al estadio junto al presidente del COI, Avery Brundage y tomaban sus lugares de honor, comenzó el desfile de las naciones, Grecia al frente, el ritmo de la marcha la llevaba una banda al sonido de los tambores y al frente de los abanderados de cada nación, un cadete del Heroico Colegio Militar portaba elegantemente el estandarte con el nombre de cada nación, México, como anfitrión cerró la presentación de los países.
El Arquitecto DON Pedro Ramírez Vázquez tomó la palabra para dar la bienvenida en nombre de los mexicanos: “Los Juegos Olímpicos representan la única oportunidad que tiene la juventud del mundo de reunirse para una convivencia pacífica y armoniosa. Los Juegos Olímpicos como evento deportivo representan las hazañas físicas del hombre contemporáneo, como evento cultural, recuerdan y registran su huella a través del tiempo. Así, los jóvenes podrán reconocer los rasgos comunes que los unen”.
La bandera olímpica llegó flanqueada de orgullosas y elegantes consortes vestidas con típicos trajes que embellecían más a aquellas mujeres mexicanas, fue izada y se entonaron los himnos olímpicos y mexicano. El presidente del COI pidió al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos tuviera el honor de pronunciar la declaratoria inaugural.  Gustavo Díaz Ordaz tomó la palabra: “El 12 de octubre de 1968 declaro inaugurados los Juegos Olímpicos de México que conmemoran la decimonovena olimpiada de la Era moderna”.
El fuego olímpico fue encendido en Olimpia y para llegar a tierras aztecas realizó la misma ruta que Cristóbal colón había recorrido 476 años antes, fue recibida por primera vez en tierra mexicana en el hermoso puerto de la Villa Rica de la Vera Cruz (ósea Veracruz), y una vez en estas tierras siguió el camino de Hernán Cortés, una noche antes de la inauguración se llevó a cabo una majestuosa ceremonia de encendido del fuego nuevo en Teotihuacán, ahí pasó la noche y finalmente llegó al estadio. A la exclamación que siempre provoca el fuego olímpico se agregó la sorpresa de verlo llegar en manos de Enriqueta Basilio, campeona nacional de atletismo, en carrera con vallas de 80 metros. Por primera vez en la historia del olimpismo, una mujer era última portadora de la antorcha olímpica. Con majestuosas zancadas recorrió los 400 metros finales de la pista de atletismo y subió una escalinata blanca, bellamente flanqueada por un extraordinario color rosa mexicano, encendió el bellísimo pebetero y miles de globos con los colores olímpicos volaron por los aires, así como las tradicionales palomas que simbolizaban la paz.  Pablo Garrido hizo el juramento en nombre de los atletas y con su discurso se daba por concluida la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de México 1968.

Un total de 5.516 deportistas de 112 naciones se reunieron en la capital mexicana, compitiendo en 172 pruebas de los 20 deportes, mientras que la cifra de mujeres participantes ascendió a 781. El lema de estos juegos fue "La olimpiada de la paz", pero también fue conocida como la olimpiada del "Black Power", en referencia a los actos de reivindicación social realizados por algunos atletas afroamericanos. Durante la entrega de sus medallas, alzaron el puño enfundado en un guante negro y bajaron la cabeza cuando sonaba el himno de los Estados Unidos, país que quedó en la parte más alta del medallero, obtuvo 45 medallas de oro, 28 de plata y 34 de bronce, la URSS ocupo el segundo lugar y Japón la tercera posición. México tuvo la mejor presentación de su historia olímpica; 3 medallas de oro, 3 de plata y 3 de bronce.

München, Bundesrepublik Deutschland. Diese Spiele werden die nächste Rate sein (20/33)


Στο επανιδείν!

No hay comentarios:

Publicar un comentario