jueves, 21 de julio de 2016

AUGURIOS OLIMPICOS (13/33)


Berlín 1936 (13/33)
El 30 de enero de 1933, Adolfo Hitler era nombrado canciller de Alemania por el entonces presidente de Alemania, Paul von Hindenburg. El discurso y la forma en la que de Hitler usaba la palabra fueron armas primordiales para ir ganado posiciones en los procesos electorales que antecedieron a que el partido nacional socialista tuviera la mayoritaria Parlamentaria. Hitler rodeo su arenga de un sentimiento de orgullo y superioridad germana; era el líder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, que había cobrado fuerza desde su creación en 1920 y, a partir de enero de 1933, una vez nombrado canciller, fue tomando control de todos los instrumentos políticos y grupos del gobierno hasta dominar y controlar en el 'Reichtag'. Alemania entró entonces en un proceso donde Estado y sociedad fueron asimilados por un único Partido en el poder, el partido Nazi. Sus organismos se volvieron los organismos del Estado, su deseo, unificar a Alemania bajo un gobierno totalitario. El Objetivo nazi fue alcanzado en Agosto de 1934.

En un escenario totalmente Nazi se celebrarían los Juegos de la XI Olimpiada en Berlín 1936. Utilizados por el partido Nacional Socialista como una gigantesca y espectacular manera de mostrar al mundo la majestuosidad del III Reich. Desde antes de que el partido de Hitler tuviera el control total en Alemania, eran ya unos expertos en la preparación de ostentosas celebraciones, una muestra de ello quedó plasmada en la película “El triunfo de la voluntad” dirigida por Leni Riefenstah; mostraba al mundo como se llevaba a cabo el congreso del Partido Nacionalsocialista de 1934 en Núremberg; a aquel congreso acudieron más de 700.000 militantes y simpatizantes. Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda Nazi fue el creador una fastuosa maquinaria de divulgación que alcanzó todos los niveles de la sociedad alemana.


La organización de los juegos y la preparación de una deslumbrante ceremonia de inauguración, era cosa “fácil” para Berlín. La Capital del Imperio Alemán había sido seleccionada sede de los juegos Olímpicos de 1936 antes de que Hitler estuviera en el poder, en 1931. Goebbels, encargó la puesta en escena a Albert Speer y a Leni Riefenstahl la realización de otra magistral película, “Olympia” donde quedaban plasmados los Juegos del III Reich.   https://youtu.be/GePNydI9gX4

El 1 de agosto, durante la inauguración de los Juegos sobrevolaba el nuevo y majestuoso Estadio Olímpico con capacidad para 100,000 espectadores, el célebre dirigible Hindenburg. La ceremonia de apertura, además de hacer ver la majestuosidad del pueblo germano, daba la bienvenida oficial haciendo uso de múltiples símbolos con los cuales, pretendían provocar una atmósfera de paz y amistad.
El gran día había comenzado con los servicios en la Catedral de Berlín a donde asistieron el presidente del COI Henri de Baillet-Latour y Adolfo Hitler con sus respectivas comitivas. De ahí, se dirigieron a la Tumba del Soldado Desconocido, en honor a los soldados caídos en la Gran Guerra, este acto simbolizaba la reconciliación entre “el mundo” y los que en el Tratado de Versalles habían sido declarados “culpables” de la Guerra, Alemania.
Después de un almuerzo en el Palacio Real y discursos de paz y fraternidad, las comitivas se trasladaron en coche al Estadio Olímpico siguiendo un “Desfile Triunfal”, donde miembros de las SS, las SA, y el pueblo de Berlín se alineaban en la ruta, a lo largo de casi 15 kilómetros vitoreando el paso de las celebridades. El locutor, en el estadio anunciaba la llegada del Führer y de la comitiva olímpica, se entonaba entonces una fanfarria de trompetas, y los invitados especiales entraban al estadio por la puerta este, bajaban la escalinata de este acceso, al centro del campo se desplegó un estandarte color púrpura con la esvástica y el público asistente se puso de pie aclamando el arribo de estos distinguidos invitados. Al pie de la pista de carreras, Hitler recibió un enorme ramo de flores entregado por una niña de cinco años, preciosa y rubia como el sol; los recién llegados tomaron su lugar de honor y enseguida se izó la bandera Nazi.
Comenzó entonces el desfile de naciones, mientras marchaban, hacían o una pausa, o algún ademan de “saludo” cuando pasaban frente al Führer, los británicos solo voltearon su mirada al palco de honor y los norteamericanos fueron duramente criticados por la prensa germana ya que no bajaron su bandera, acto que si realizaron todas las naciones que desfilaron, tras Estados Unidos, la multitud estalló con la entrada del equipo alemán que seguía los pasos de los norteamericanos y la música de banda dio paso al himno del III Reich "Horst Wessel Lied". Hitler tomó la palabra y proclamó oficialmente inaugurados los Juegos.
En la puerta este del estadio, apareció el último relevista de la antorcha, Fritz Schilgen, atlético y rubio, dio la vuelta olímpica haciendo alarde de su condición física y subió al lugar donde se encontraba el pebetero, se detuvo un momento frente a la multitud. La llama olímpica era utilizada por tercera vez en unos juegos, pero esta era la primera que el fuego era encendido por el sol en Olimpia, y desde tierras helenas realizó un impresionante recorrido custodiado 3.075 portadores de la antorcha, hasta su destino final, el pebetero del estadio olímpico, el juramento de los deportistas hecho por Rudolf Ismayr cerraba la ceremonia. Comenzaban así los juegos del III Reich.

Estos fueron los primeros juegos que tuvieron cobertura de televisión en directo, para quienes tenían un aparato televisor, que eran los menos. 129 eventos en 25 disciplinas; 3,963 competidores (331 mujeres). Alemania ganó estos juegos, conquistó 33 oros, 26 platas y 30 bronces; Estados Unidos Segundo lugar y Hungría Tercero. La teoría de la superioridad racial aria, se vio ensombrecida por los resultados del gran atleta norteamericano de raza negra Jesse Owens ganador de cuatro medallas de oro en los 100 m, 200 m, 4x100 metros y salto de Longitud. Sin duda el héroe de los juegos. Fueron los juegos que antecedieron a la Segunda Guerra Mundial.

La siguiente cita olímpica debería esperar hasta 1948...está será la siguiente entrega (14/33).

Στο επανιδείν!


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