“Los marcianos llegaron ya
Y llegaron bailando ricacha
Ricacha ricacha ricacha
AsÍ llaman en Marte al cha cha cha”
-Rosendo Ruiz Quevedo-
“Venera-4” o Sonda espacial Venus, fue lanzado desde el Cosmódromo de
Baikonur con destino al planeta vecino, Venus. Porque en Marte ya se sabía que
los marcianos bailaban ricacha. Las condiciones severas en Venus, así como la
falta inicial de información confiable sobre parámetros tales como la
temperatura o presión, complicaron inicialmente el proceso de exploración del
planeta, sin embargo, a la larga fue un programa exitoso.
“Venera”, fue una serie de estaciones interplanetarias automáticas
soviéticas con el objetivo de estudiar el planeta Venus y en el trayecto obtener
información del espacio exterior. La primera serie de vehículos tuvieron un
margen de flotación de descenso y les fue bastante complejo tocar la superficie
de Venus. Estos fueron los primeros vuelos interplanetarios automáticos a otro
planeta en la historia de la humanidad.
El 18 de octubre de 1967 “Venera-4”, con la ayuda de un sistema de
paracaídas cayó en el lado nocturno del planeta. Se recibió información que a
una altitud de 25 kilómetros temperatura ambiente Venus es 271 C°. Se descubrió
que la atmósfera de Venus es 90% de dióxido de carbono. Si bien, “Venera-4”,
fue una de las primeras expediciones del programa, proporcionó datos
importantes para futuros viajes.
En octubre de 1983, las últimas misiones del programa “Venus”; “Venera 15”
y “Venera-16”; se convirtieron en satélites artificiales de Venus. El programa
que dio continuidad a estas exploraciones soviéticas se llamó “Vega” y estuvo
activo durante la década de los ochenta.
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