- Albert Einstein-
Al iniciar la década de los
sesenta, la Guerra Fría estaba en su máximo nivel de tensión. El 10 de julio de
1961, Nikita Jrushchov convocó a los principales científicos nucleares
soviéticos y ordenó reanudar inmediatamente el trabajo para el desarrollo de la
bomba de hidrógeno. El líder supremo del Partido Comunista de la Unión
Soviética, al parecer, había tenido una desagradable conversación con el joven
presidente de Estados Unidos John F. Kennedy.
Los ingenieros nucleares,
incluyendo Andrei Dmitrievich Saharov, “el padre de la bomba de hidrógeno
soviética”, tenían que demostrar el resultado de su trabajo en muy poco tiempo,
porque Jrushchov quería organizar un impactante espectáculo político, y hacer
temblar a los países occidentales; y lo lograría.
El equipo de Andrei Sakharov
trabajó incesantemente y finalmente presentó “La bomba del zar”, una bomba
gigante, de más de 8 metros de longitud, 2 metros de diámetro y un peso de 27
toneladas. Cuando se completó una locomotora la remolcó al campo de aviación
para colocarla en un bombardero especial modificado para transportarla a su
punto de detonación y prueba.
Así, el 30 de octubre de 1961,
bajo la atenta mirada de muchos funcionarios soviéticos a 600 km del lugar de
la prueba todo estaba listo para la gran explosión. El avión se acercó al sitio,
el archipiélago de Nueva Zembla en el Océano Ártico, los tripulantes del avión
comprobaron el funcionamiento de todos los sensores por última vez y dejaron
caer la bomba, que explotó a las 11.33 de la mañana, hora de Moscú.
La bomba del Zar explotó a una
altitud de 4.200 metros sobre el objetivo, la bola de fuego que apareció como
resultado de la reacción en cadena casi tocó el suelo. Los sismógrafos registraron
un terremoto de magnitud 5 en la escala de Richter.
La explosión fue visible a casi
1.000 kilómetros de distancia, y el impulso térmico se sintió a una distancia
de más de 265 kilómetros. El pulso electromagnético desconectó la radio durante
una hora en cientos de kilómetros alrededor. Una enorme nube de hongo subió a
una altura de 65 kilómetros, más allá de la atmósfera.
La bomba zar era el arma nuclear
más poderosa nunca antes probada. Después del 30 de octubre de 1961 el mundo
estaba listo para ser destruido.
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