“Cuán terrible es lo que los
científicos guardan en sus portafolios.”
-Nikita Jrushchov-
Estados Unidos fue quien inicio
la carrera nuclear, días antes de los lanzamientos de las destructivas bombas a
Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945 ya se había realizado un ensayo nuclear
en el desierto de Nuevo México. Solo cuatro meses después de la detonación en
territorio japonés, que daba por concluida la Segunda Guerra Mundial, comenzaron
las pruebas en la URSS, después lo hizo Gran Bretaña, Francia y China. Entonces,
el mundo comenzó a vivir bajo la amenaza de una guerra nuclear.
Para agosto de 1962 los rumores
de que la Unión Soviética estaba ensamblando misiles nucleares en Cuba alertó a
los Estados unidos y un reconocimiento aéreo lo confirmó. Comenzó entonces la mayor
crisis de la Guerra Fría, cualquier error podría desencadenar una Tercera
Guerra Mundial de alcances bélicos inimaginables. Este conflicto se pudo
resolver diplomáticamente, sin embargo, ante la alarmante experiencia los
líderes de las potencias decidieron acordar la regulación en la fabricación y prohibición
de armamento nuclear.
En agosto de 1963, representantes
de la URSS, Estados Unidos y Gran Bretaña se reunieron en la capital de la
Unión Soviética para firmar el “Tratado de prohibición parcial de ensayos
nucleares”, en la atmósfera, el espacio
ultraterrestre y debajo del agua. Conocido como el “Tratado de Moscú”. Entró en
vigor el 10 de octubre del mismo año. El acuerdo está considerado como el “muy
lento enfriamiento de la Guerra Fría”.
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