21 de Noviembre. Presentación de Santa
María Virgen
¡Noviembre, “de Todos los Santos”!
Que conste que, los pasteles que se comía María Antonieta de Austria
'NO' fue el motivo de que comenzara la revolución francesa.
Y esto ya se me volvió un relajo porque ya revolví santoral, con
revolución y ya me hice bolaas… el caso es que como hoy es la Presentación de
María la Virgen, la primera que me vino a la mente y que comparte su onomástico
es la “probe” de María Antonieta.
Aunque parezca lo contrario, sufrió mucho. El objetivo de su matrimonio
(1770) con Luis, delfín (príncipe heredero) de Francia, era consolidar una
alianza entre este país y la dinastía de los Habsburgo. Imagine usted, este
acuerdo se hizo cuando María Antonieta tenía – (menos) cinco años, ni había
nacido cuando ya estaba comprometida. Era una de las hijas del emperador del
Sacro Imperio, Francisco I y de la emperatriz María Teresa, y “neta” su mama
era digamos, muy impositiva. El entonces Delfín Luis y futuro rey, cuando llegó
María Antonieta no le hacía caso y ella tenía la obligación de dar un heredero.
Finalmente, María Antonieta y Luis XVI tuvieron una hija y dos hijos
después de que el monarca fuera coronado en 1774. La reina no contaba con el
favor de los franceses por ser extranjera e hizo aumentar su impopularidad por
su lealtad a los intereses austriacos, la mala reputación de algunas de sus
amistades y su extravagancia (como los 'dichosos' pasteles), a la que se
achacaron los problemas financieros del gobierno.
Cuando estalló la Revolución en 1789, María Antonieta apoyó al sector
intransigente de la corte que se negaba a llegar a un acuerdo con los
revolucionarios moderados y pidió ayuda a su hermano, Leopoldo II, emperador
del Sacro Imperio. Los reyes intentaron huir de París con el único de sus hijos
que seguía con vida en 1791, pero fueron capturados y hechos prisioneros.
La monarquía fue derrocada en 1792 y, tras la
ejecución de Luis XVI, María Antonieta fue separada de su hijo y enviada ante
el Tribunal Revolucionario al año siguiente, que la acusó de traición y la
condenó a muerte. Fue guillotinada el 16 de octubre de 1793 en París.
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