13 de Noviembre. San Diego de Alcalá (1400-1463)
¡Noviembre,
“de Todos los Santos”!
Cuando Luca Giordano (1634-1705), el conocido pintor del barroco
italiano vio el cuadro de Las Meninas exclamó: “¡OH MY GOOD!…Ejele ni es cierto”;
exclamo: "¡Esto es la teología de la pintura!" y "Así como la
teología abarca a las ciencias, éste cuadro abarca las posibilidades de la
pintura".
La obra de Velázquez tiene como tema central a la infanta Margarita de
Austria, que en aquel preciso momento tenía escasos cinco años. La obra, está
reconocida como una de las más importantes del arte occidental. Independientemente
de la técnica magistral de Velázquez, es un alarde al concepto tiempo, ya que,
más que ser un retrato posado y típico de la época, parece que por ahí pasaba
una persona con algún dispositivo “smart” con cámara de muchos pixeles, lo que
no sé, es si era iPhone, Samsung no creo por que explotan, o Xperia…pero uno de
esos, y les hizo una fotografía en un momento especifico, la foto les tomó
desprevenidos, los personajes están en una actitud casual. Pero además, el
supuesto camarógrafo del futuro, puede ser cualquiera de nosotros, ya que todos
los personajes plasmados establecen contacto contacto visual. A la izquierda del
cuadro, se encuentra Velázquez, con el pincel y la paleta, ante un gran lienzo.
Parece que está retratando a quien pasa frente a ellos. El espejo que está en
la parte posterior del cuadro nos revela que Felipe IV la reina observan desde el
lugar del espectador y presencian toda la escena y quedando también retratados en
la obra del pintor.
Velázquez, que no sólo fue pintor sino también caballero de la Orden de
Santiago, la mayor parte de su carrera la consagró al servicio de Felipe IV,
por lo que casi toda su producción permaneció en los palacios reales, lugares
poco accesibles al público. Ello provocó que el reconocimiento de Velázquez
como gran maestro de la pintura occidental fue relativamente tardío y al no
realizar trabajos para iglesias y otros edificios religiosos no le hizo, en su
momento, ser un artista popular. Es hasta principios del siglo XIX que su
nombre aparece fuera de España.
Es uno de los grandes maestros del Barroco por su maestría técnica, por
su habilidad, por la manera en la que caracterizar a quien retrata, más allá de
sus facciones físicas, Velázquez quiere encontrar gestos, ademanes, actitudes y
así, transmitir la personalidad del retratado. Era un pintor lento a pesar de
su pincelada aparentemente suelta, y también era un perfeccionista, a ello se
debe que, desgraciadamente, el número de sus obras sea escaso.
Diegos hay muchos, pero, Diego Rodríguez de Silva y Velázquez solo hay
uno, y puede usted conocer la mayoría de su trabajo en el Museo de Prado de Madrid…'Hala
Madrid y Nada Más'.
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