2 de Noviembre. DÍA DE MUERTOS.
Día en el que recordamos y
enaltecemos a quien ya no vive en el mundo terrenal. Los muertos nos visitan y
la esencia de sus espíritus se hace presente este día. La música, la luz, la
comida les recuerda el camino y los momentos vividos en la tierra. El alma se
queda entre los vivos y recordamos los valores y la enseñanza de la persona.
Por eso, hoy recuerdo al
arquitecto DON Teodoro González de León. El más importante de los arquitectos
mexicanos del siglo XX, ya sé que se vendrán sobre mí los “mario-panistas”, los
“barraganistas” o los “calderonistas” (¡ups!! estos últimos son de otra cosa,
¿verdad?).
Don Teodoro nació en la ciudad de
México el 28 de mayo de 1926, murió el pasado 16 de septiembre de 2016.
Arquitecto mexicano contemporáneo que, independientemente de su inconfundible
propuesta arquitectónica, le permitió al usuario estar en contacto con el
exterior aun estando dentro del edificio, claros ejemplos son: el Colegio de
México, el Auditorio Nacional, Reforma 222 y la lista verdaderamente es larga.
Su trabajo comienza desde su
época estudiantil, juntó con Armando Franco, en 1947 definieron el trazo
original de Ciudad Universitaria y fue sobre este que planteamiento que Mario
Pani y Enrique del Moral desarrollarán el anteproyecto universitario. Después,
fue “becado para que se ¡fuera!”…a estudiar en Francia, allá trabajó en el
taller de Le Corbusier (1948-1949).
Su última obra será póstuma, la
Torre Manacar (esquina de Av. Insurgentes y Río Mixcoac) programada para ser
concluida en 2017.
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