18 de Noviembre. San Odón de Cluny (878-942)
¡Noviembre,
“de Todos los Santos”!
“En el papel protagónico: Odón Infante”, imagine usted que ese hubiera
sido el nombre artístico de Pedro Infante, “no pos la verda” no le auguraba
mucho éxito, por más galán, buen actor carismático y extraordinario cantante.
San Odón, el que le da título a este onomástico, se hizo muy conocido y
querido por todos por ser el superior del más célebre monasterio de su tiempo,
el de Cluny, y porque tuvo bajo su dirección más de mil monjes en diversos
conventos. Contribuyó inmensamente al resurgimiento del espíritu religioso.
Pero como me fue verdaderamente complicado encontrar otro personaje que
compartiera su nombre, entonces recurrí a alguien que hubiera nacido este día,
y ese fue el caso de Gran Pedro Infante. ¿Quien no ha visto una película de
Pedro? Nació en Guamúchil, Sinaloa en 1917. Fue el gran ídolo mexicano de la
década de los cincuenta y cuando el 15 de abril de 1957, por la radio se
anunciaba su muerte, primero nadie lo creía, después el país entero entró en
shock y posteriormente se le rindieron grandes homenajes.
Fue actor y cantante. Carpintero de profesión, por eso le salí tan bien
el papel ese donde chiflaba. Debutó en el cine en 1942. A pesar de destacar más
como cantante que como actor, se convirtió en una de las estrellas
cinematográficas más populares de México. Hombre dúctil, cualidad que lo
distinguía de Jorge Negrete y de Luis Aguilar, alterna el melodrama popular con
comedias urbanas y con aventuras de charros. E
Tras su muerte, el cine mexicano lo convirtió en un mito popular,
realizando en su honor un filme póstumo que tuvo extraordinaria acogida. A lo
largo de sus catorce años de profesión actuó en 45 películas, entre las que
destacan algunos títulos como La feria de las flores (1942) de J. Benavides (su
primera película), Escándalo de estrellas (1944) o Angelitos negros (1948), entre
muchas otras.
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