AUGURIOS OLIMPICOS (17/33)
Rome 1960 (17/33)
Pierre de Coubertin tuvo y cumplió muchos sueños y sin duda
el renacimiento del olimpismo era el que permitía que otros “sueños” se
pudieran cumplir. Realizar este evento en París fue otra de sus metas
cumplidas, y lo hizo por partida doble, en 1900 y en 1924.
El Barón de
Coubertin murió en 1937, y además de no ver la cancelación de los juegos por doce
años debido a la Segunda Guerra Mundial, tampoco pudo ver convertido en
realidad otra de sus grandes ilusiones, organizar los Juegos Olímpicos en Roma,
en la “Ciudad Eterna” a la que se había designado sede para la edición de 1908,
pero la erupción del Vesubio en el sur de Italia en 1906 había actuado en
contra y la justa debió realizarse en Londres. En 1960, 52 años después, el
evento que tras cada edición cobraba más esplendor finalmente llegó a la
capital italiana.
Roma fue designada sede de los Juegos de la XVII Olimpiada
en 1955 y el en camino para su elección debió vencer a seis ciudades más,
Lausana y Detroit pisaron los talones en pugna por el honor de albergar el
olimpismo y se celebraron del 25 de agosto al 11 de septiembre de 1960. Esta
edición, además de ser la primera que precisó de organización técnica perfecta,
por las dimensiones a la que había llegado el evento; también fue la primera en
la que se realizaron de manera oficial los Juegos Paralímpicos en el mismo
lugar y en el mismo año que los Juegos Olímpicos, y las competencias deportivas
ya no solo estaban destinadas a veteranos de guerra en programas aislados al
olimpismo. El 18 de septiembre, se reunían y desfilaban en Roma 23 países,
compitieron cerca de 400 atletas y el podio más alto lo tuvo Italia hicieron
que los Juegos Olímpicos comenzara una nueva.
El torbellino de los años sesenta también llegó a Roma y a
sus juegos que, además de una extraordinaria organización tuvo de todo. Atletas
y países que, en su afán de victoria recurrieron al dopaje. Velada o abiertamente
se presentó la segregación racial típica de esta década, Rafer Johnson abanderado
de la delegación norteamericana y ganador de la medalla de oro en decatlón no
“podía” entrar en muchos establecimientos donde se reunían deportistas de raza
blanca. Se presentaron cantidades masivas de propaganda de la Guerra Fría, los
dos bandos querían hacer al mundo a toda costa “quien era mejor”. Liberación
femenina y ascenso de mujeres atletas. Espías.
Combinación de edificios
históricos y nuevas y espectaculares instalaciones;
por ejemplo, los eventos de gimnasia eran se llevaron a cabo en los Baños de
Caracalla, la lucha en la basílica de Majencio, Inicio y final de la maratón,
inusualmente, fuera del Estadio Olímpico, los corredores comenzaron en la Colina
Capitolina, donde Roma fue fundada y terminó en el Arco de Constantino y esto solo por mencionar
algunos ejemplos. Como colofón de todo lo anterior, el poderoso crecimiento de
la televisión que permitió al mundo entero ver, en vivo estos juegos que sin
duda cambiaron el olimpismo.
El 24 de agosto de 1960, el Papa Juan XXIII recibió en la
Plaza de San Pedro a todas las delegaciones menos los atletas soviéticos para
darles un mensaje de fraternidad y paz y extender la bendición a todos
competidores. Aquella misma noche del 24 de agosto, la flama olímpica recorría
las “eternas calles de Roma” para descansar toda la noche en la Colina sagrada
de la Antigua Roma, donde levantaba el gran templo de Júpiter y que siglos
después el gran Miguel Ángel desarrollara la plaza actual, la Piazza del
Campidoglio.
La ceremonia de apertura tuvo lugar en el magnífico estadio
Olímpico de Roma el viernes 25 de agosto frente a más de 100.000 espectadores.
Como parte del protocolo de recepción, se daba la bienvenida al presidente de la República Italiana, era el
invitado de honor, se izó la bandera de Italia y se entonó su himno. Comenzó el
desfile de naciones, marcharon más de 5,000 deportistas de 84 países; “la
marcha más armoniosa que el mundo ha visto” relataban los cronistas de la
televisión italiana. Al tiempo que se presentaban en orden alfabético italiano
los países participantes el fuego olímpico era transportado al Estadio por los
últimos relevistas. Era entonces momento de escuchar el mensaje de Giulio
Andreotti, presidente del Comité Organizador de los Juegos daba la bienvenida a
todos a Roma, pedía por una competencia limpia y en armonía y cedía la palabra
al dirigente del Comité Olímpico Internacional, Avery Brundage quien a su vez
pidió al presidente de la República Italiana Giovanni Gronchi, realizara la declaratoria
oficial:
“Proclamato l'apertura dei
Giochi Olimpici di Roma, celebranti le Olimpiadi la ventisettesima Olimpiada
dell'era moderna”.
Llegó el momento de rendir honores a los símbolos olímpicos,
se izó la bandera y se entonó el himno, entonces repicaron todas las campanas
de las iglesias de Roma al tiempo que cientos de palomas eran lanzadas al
aire. Las fanfarrias olímpicas
anunciaban la llegada de la llama olímpica, el honor de hacer el último relevo
y encender el pebetero en el estadio le correspondió a Giancarlo Peris, atleta
italiano de carrera a campo traviesa, encendido el pebetero que se encontraba
en lo más alto del estadio y Adolfo Consolini que competiría en lanzamiento de
disco pronunciaba el juramento de competencia, concluía así la inauguración y comenzaban 15 días de
competiciones.
https://www.youtube.com/watch?v=wtz6abQ7g9k
En los Juegos Olímpicos de Roma participaron 84 países, 611
mujeres y 4,727 hombres dando un total de 5,338 atletas y 150 eventos al frente
de los cuales quedaba 4.955 de la pasada edición. La URSS, que obtuvo 42 medallas de oro, 28 de plata y 29 de
bronce volvía a ganarle la carrera por las medallas a Estados Unidos con una
cosecha de 34 medallas de oro, 21 de plata y 16 de bronce; el tercer sitio fue
Italia.
東京は、4年間で試合を受け取ります...eso esta como en japonés, la
siguiente entrega es la (18/33)
Στο επανιδείν!
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