AUGURIOS OLIMPICOS (10/33)
París 1924 (10/33)
Si va usted a leer estas líneas le propongo, primero, ver
este video. https://youtu.be/3u3rAEzU1f4 hágalo,
le tomará un poco más de 3 tres minutos y no se va a arrepentir.
Era Julio de 2012, me encontraba en Londres, y entiendo que esta
nota corresponde a París 1924, pero me es imposible no compartirles este
momento, que por cierto si tiene relación con los juegos de la capital
francesa. Entonces, caminaba por Shaftesbury Avenue, en Londres y frente a mí
la marquesina del Gielgud Theatre que
presentaba la obra "Charriots of
Fire", El título del filme se inspiró en la línea, “Trae mi carro de
fuego” del poema de William Blake adaptado del popular himno británico “Jerusalén”;
el himno se escucha al final de la película. La frase original “carro (s) de
fuego” se encuentra en Reyes 2:11 y 6:17 en la Biblia. La película, como usted advertirá
y por olímpicas razones es de mis favoritas, diría que está en mi 'top five' y verla anunciada en teatro
hizo que pulsara más fuerte mi corazón. Acto seguido pasé a la taquilla y
compré boleto para la función de esa misma noche 19:45. La obra inició con la
icónica pieza musical de Evangelos Odysseas Papathanassiou, mejor conocido como
Vangelis; solo escuchar las primeras notas de esta música olímpica fue
suficiente para hacerme derramar lágrimas (casi como Adela Noriega en “Amor
Real”, bueno, no tantas lagrimas), por suerte, como obviamente ni conocía a
nadie, y nadie me conocía, pude llorar toda la obra, fue verdaderamente
emocionante e inolvidable.
Hablar de París 1924 remite inevitablemente a dos atletas
del equipo británico; el escoses Eric Liddell y el Ingles Harold Abrahams, dos
legítimos corredores de diferentes clases sociales y religiones, pero con un
mismo objetivo; competir y ganar medalla para la Gran Bretaña en los Juegos
Olímpicos de París 1924. La historia cinematográfica de 1981 hace de estos dos
personajes los grandes ganadores de los juegos de 1924, pero, también
destacaron inolvidables atletas; el “finlandés volador” Paavo Nurmi dominó las
carreras de distancia larga 1500 m y 5.000 m. Británicos y norteamericanos se
enfrascaron en duras y épicas batallas por dominar las competencias de pista
corta. En estos juegos también compitió Johnny Weissmuller ganó tres medallas
de oro en natación y una de bronce en waterpolo y tras su retiro del deporte de
convirtió en Tarzan.
París, “Que bien vale una Misa”, fue designada sede el 21 de
junio de 1921, superando las solicitudes de Ámsterdam, Berlín, Los Ángeles, Río de Janeiro
y Roma. La Ciudad Luz recibía por segunda vez este magno evento, pero ahora ya
no habría Exposición Mundial, así que toda la atención estaría en las
competiciones. Por cierto, desde los años ochenta del siglo XX, la capital gala
ha intentado albergar por tercera vez la justa veraniega, pero ha perdido la
contienda para las celebraciones de 1992, 2008 y 2012. Ha sido electa como
ciudad candidata para los juegos de 2024, ¿será que se celebrará el centenario
de los míticos juegos donde ganaros los “corredores de fuego” en 1924? Tendremos
que esperar el resultado.
Los Juegos de la VIII Olimpiada celebraron su inauguración
el 5 de julio, en el Estadio Olímpico de Colombes ante 45,000 espectadores, desfilaron
44 delegaciones repitiendo el tradicional orden alfabético; la primera en
desfilar fue L'Afrique du Sud, la última antes del anfitrión,
Yugoslavia, cerró el desfile, Francia. Las delegaciones más aplaudidas fueron
evidentemente Francia, Reino Unido y Estados Unidos. Gaston Doumergue, nuevo
Presidente de la República Francesa, proclamó oficialmente la apertura de los
Juegos Olímpicos en presencia de los miembros del Comité Olímpico
Internacional, en particular su presidente, el barón Pierre de Coubertin.
Después de una trompeta y un arma de fuego, la bandera olímpica fue izada por
segunda vez en lo alto del asta central del estadio. El Conde Clary, Presidente
del Comité Organizador dio el discurso de bienvenida a deportistas y público
asistente; que junto a periodistas eran los testigos de los eventos, las
noticias y fotografías llegaban después
al público general por periódicos.
El lema de estos juegos fue; Citius, Altius, Fortius (más rápido, más
alto, más fuerte), se convertiría en el epigrama más representativo del
olimpismo. La “Union des Sociétés
Françaises”, entre cuyos miembros se encontraba Coubertin, fue donde se usó
por primera vez este pensamiento, Coubertin tomó el lema de su amigo Henri
Didon. El juramento olímpico lo realizó Georges André ex medallista olímpico de
pista y campo en 1908 en representación de los atletas, fue así que concluyo la
ceremonia de apertura y dieron inicio las competencias.
Participaron 3,089 atletas (incluyendo 135 mujeres), 126
eventos en 17 deportes. Estados Unidos quedó al frente de la tabla de medallas;
45 medallas de oro, 27 de plata y 27 de bronce, Finlandia y sus “finlandeses
voladores” segunda, Francia tercera y Gran Bretaña y los “Carros de fuego”
ocuparon la cuarta posición.
Los Canales de Ámsterdam, tan bonitos...esta será siguiente
entrega (11/33)
Στο επανιδείν!
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