“De niño siempre quise jugar al fútbol o hockey, pero, por mi estatura, mi
madre pensó que la gimnasia sería lo mejor.”
- Alekséi
Nemov-
Por Gabriel Macías Nito
Era 23 de agosto de 2004 y los
Juegos Olímpicos habían regresado a su lugar de origen, Atenas, Grecia. En una
de las competencias más históricas y representativas, la gimnasia, tuvo lugar
un suceso que cambió para siempre las estrictas normas de la puntuación en las
pruebas de este deporte. Los protagonistas, de aquella noche fueron Alekséi Nemov, el público y los jueces. Nemov era uno de los mejores gimnastas en aquellos juegos, representaba a Rusia, y llegaba a Atenas 2004 para concluir una exitosa carrera deportiva. En su cuello se habían colocado doce medallas olímpicas, ganadas en Atlanta 96 y Sídney 2000, y varios campeonatos mundiales.
El primer protagonista; Nemov, por sus logros deportivos en competencias anteriores, simpatía y atractivo físico se había ganado al público de todo el mundo. Era apodado “Sexy Alekséi” o “El bello”.
Apareció entonces el público, segundo protagonista. Era la final de la barra fija individual, y la ejecución de Nemov maravilló al público. En cada acrobacia, subían los decibeles del foro. Cuando acabó el ejercicio los aplausos y la ovación eran ensordecedores, el público y el gimnasta habían logrado entrar en verdadero éxtasis.
Entonces llegó la hora del tercer protagonista, los malos de esta historia, los jueces quienes le dieron una puntuación de 9.725, insuficiente para optar a las medallas. El público y Nemov estaban atónitos.
El público, comenzó a protestar, silbar, golpear las butacas produciendo un ruido ensordecedor, e impidiendo que el siguiente gimnasta comenzara su prueba. La protesta se alargó durante seis minutos hasta que los jueces elevaron la nota a 9.762, puntuación que de cualquier forma no le valía a Nemov a las medallas.
El escandalo ya era incontrolable y los jueces no sabían que hacer, hasta que, Nemov subió de la zona de descanso a la pista, agradeció haciendo inclinaciones al público y pidió silencio para que pudiera realizar la ejecución el siguiente participante. El público, ahora le vitoreó por su honradez.
Este suceso, motivó que se revisara el sistema de puntuación en la gimnasia
y en 2006 se cambió el método. Nemov, quien no obtuvo medalla aquella noche, nunca
criticó a los jueces por lo que sucedió, sin embargo, es recordado por todos
los gimnastas contemporáneos a la hora de recibir sus calificaciones y es uno
de los gimnastas más queridos en la historia de este deporte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario