“Vive mientras bailas”
- Rudolf
Nureyev -
Por Gabriel Macias Nito
Parecería que su vida se hubiera escrito más como una novela que como una
biografía. Desde nacer en un vagón del tren que iba del lago Baikal e Irkustk; su
espectacular huida en el aeropuerto de París, en 1961; o su estricto padre, un militar
que quería un hijo que siguiera su ejemplo en la milicia. Fue su padre, la
persona contra quien más lucho toda su juventud por reclamar su derecho a poder
bailar.
Como si los argumentos anteriores no fueran poco convincentes para realizar
una novela, se suman; sus preferencias sexuales, su diagnóstico de VIH positivo,
su lucha contra esta enfermedad, hasta que, en octubre de 1992, cuando se celebraba
en París el ballet “Bayadere”, con la compañía que él había fundado cayó
enfermo y ya no se recuperó, falleció lleno de fama el 6 de enero de 1993 a la edad de 54 años.
Aquella presentación de octubre de 1992 fue la última de Nureyev, ya no
participó como bailarín, si como productor y coreógrafo. La mayoría de los
expertos, concuerdan que, aquella, fue la más exitosa de sus noches.
Rudolf Khametovich Nureyev, nació
el 17 de marzo de 1938 cerca de Irkutsk, Unión Soviética. De familia tártara,
reconocido en todo el mundo por sus impresionantes actuaciones y su fantástico
compromiso con el ballet.Las habilidades artísticas de Nureyev exploraron áreas expresivas más impresionantes de la danza, proporcionando un nuevo protagonismo para el bailarín de ballet masculino que hasta entonces había servido solo como un apoyo para las bailarinas.
El tremendo éxito con el que este bailarín soviético actuó en Occidente hizo que el público occidental lo adoptara y siguiera a todos los lugares donde se presentaba mientras él continuó bailando. Cuando su edad no le permitió ejecutar con su gran maestría, se convirtió en coreógrafo y productor. Pero lo que Nureyev consideró su logro más importante fue el apoyo que dio a los jóvenes bailarines al crear su propia compañía de ballet, la cual presentó extraordinarias obras por todo el mundo.
Después de su muerte se les dio una cierta cantidad de dinero a sus dos hermanas sobrevivientes y sus familiares, y el resto se suscribió a dos fundaciones de ballet, hospitales para bailarines de ballet y las personas que lo ayudaron y lo apoyaron durante su vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario