“72% de los 94.000 deportados mujeres y niños menores de 16 años, el 28% restante, personas decrépitas, solitarios, viejos, niños sin padres y discapacitados.”
- Informe de Serguéi Kruglov, ministro de interior de la URSS a Stalin–
En los años setenta u ochenta, aprender que, Moscú era la capital de la
Unión Soviética, era suficiente. Pero llegaron los años noventa y comenzaron a “aparecer”
nuevos países, entre ellos los bálticos: Lituania, Letonia y Estonia. Cada uno
con identidad, costumbres e idioma distinto, pero al mismo tiempo, unidos por su condición geográfica, el Mar Báltico y su codiciada
ubicación.
El control del báltico por parte de Rusia y posteriormente de la Unión
Soviética, fue uno de los más férreos y longevos. Se remonta a los siglos
XVII-XVIII, en aquellos siglos los ejércitos del imperio ruso arrebataron el control
de los territorios bálticos a suecos, polacos o germanos.
Siempre bajo la dominación de las potencias regionales, los territorios no
conseguirán afianzar una posición lo suficientemente fuerte como para lograr su
autonomía hasta la caída de la URSS en 1991 cuando finalmente se reconoció a
Lituania, Letonia y Estonia como independientes
Uno de los momentos más complejos y tristes para los países bálticos se dio
la noche del 24 al 25 de marzo de 1949, aquella “oscura” noche comenzó la
deportación masiva de ciudadanos de las Repúblicas Bálticas a Siberia, era el
comienzo de un largo periodo de dominación ruso-soviética al báltico.
A finales del siglo XIX, el sentimiento nacionalista creció en Estonia y en
Letonia, se transformó en una aspiración de formar un Estado nacional y comenzó
la lucha por su autonomía. La revolución rusa, la Primera y Segunda guerra
mundial detuvieron e hicieron confuso aquella condición de independencia
báltica.
“Las deportaciones de marzo” también se conocieron como “Operación Priboi”.
Nombre en clave que significa “resaca”. Más de 90.000 estonios, letones y lituanos, fueron etiquetados
como enemigos del pueblo, fueron deportados a zonas inhóspitas de la Unión
Soviética.
Fue una de las operaciones de deportación más complejas diseñadas por los
soviéticos en la era de la guerra fría. Se llevó a cabo de conformidad con la
decisión del Consejo de Ministros de la Unión Soviética y el Partido Comunista.
Estaba obligado a exiliar a aquellos que se pensaba estaban conectados con los
"Hermanos del bosque", una fuerza organizada para apoyar a los nazis
alemanes contra la Unión Soviética.
Esta fue la segunda ola de deportaciones. La primera comenzó en 1941. Se estima que en total, en el período de 1941-1949, más de cien mil personas de Lituania, Letonia y Estonia fueron deportadas, como parte de un programa para eliminar a los partidarios de los “Hermanos del bosque”.
Las medidas tomadas fueron extremadamente severas y muchas personas inocentes sufrieron injustamente. Quienes sobrevivieron, regresaron a casa cuando Stalin falleció, muchos más murieron debido a las duras condiciones en los campos de prisioneros.
La cantidad total de personas enviadas a campos de concentración de otras nacionalidades en el periodo de Stalin, incluidos los rusos, se desconoce, en lo único en lo que coinciden los historiadores es que asciende a millones.
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