“El tamaño de la Tierra, el espacio. No lo entendemos. Solo allí pude
comprender el espacio. Mientras que desde el interior de la nave espacial los
cosmonautas solo podemos ver una pequeña fracción del paisaje, afuera las
estrellas y el sol están en todas partes ... No esperaba ver tanto, todo esto”
- Aleksey
Leonov -
La carrera por la conquista del espacio que sostuvieron la Unión Soviética
y Estados Unidos durante Guerra Fría, comenzó cuando en 1957, los Soviéticos
pusieron el orbita el primer satélite artificial, el Sputnik.
A partir de entonces el ser humano comenzó a viajar cada más lejos de la
tierra y a realizar hazañas cada vez más sorprendentes y peligrosas hasta llegar
el 20 de julio de 1969 cuando un Ser humano logró realizar la primera caminata
sobre la superficie lunar. El espacio pasó a ser una demostración pública de
poder, de capacidad tecnológica y militar.
Pero antes de aquel inolvidable 20 de julio, la carrera por la conquista
del espacio la iba ganando la URSS, y entre aquellas extraordinarias batallas
ganadas, en el espacio, pocos recuerdan la del 18 de marzo de 1965.
Aquel día, los soviéticos lograron realizar la primera “caminata” espacial.
El cosmonauta Aleksey Leonov abandonó la esclusa de aire de la nave espacial
Voskhod-2 y se convirtió en el primer hombre en realizar una actividad
extravehicular. Su tiempo “al aire libre” fue de larguísimos 12 minutos.
La nave espacial Voshkhod-2 había salido de Baikonur, Kazajstán días antes.
Transportaba a los cosmonautas Alexey Leonov y Pavel Belyayev. A las 11:32:54
(hora de Moscú), la nave llegó a la posición establecida, abrió la esclusa
exterior, exponiendo a Leonov al espacio. Poco menos de dos minutos después,
Leonov salió de la nave y comenzó a flotar libre, en el espacio. Una cuerda de
5,35 metros de largo lo unía al Voshkhod-2.
La primera caminata espacial de Leonov fue exitosa en su mayoría, pero
experimentó situaciones fuera de lo normal, algunas de las cuales incluso se
consideraron mortales. Un contratiempo hizo que aumentara la presión dentro del
traje espacial de Leonov. El traje se infló, imposibilitando cualquier
movimiento. Leonov abrió una válvula para liberar la presión a riesgo de
contraer una enfermedad de descompresión, y por un momento se pensó le sería
imposible regresar con vida a la nave.
Cuando finalmente estuvo de regreso dentro de la nave, después de los
contratiempos vividos con si traje aquellos eternos minutos en el espacio, comenzaron
las tareas de reingreso a la Tierra, una falla en el sistema de maniobras de
reingreso obligó a los cosmonautas a recurrir al modo manual, lo que provocó
que la nave espacial aterrizara en el denso bosque ártico de la taiga, a casi
200 millas del lugar de aterrizaje original.
Leonov y su colega
Pavel Belyayev tuvieron que pasar tres días en el bosque, hasta ser finalmente
rescatados. Los soviéticos se anotaron una extraordinaria victoria
con aquella determinante contribución a la historia de la carrera
espacial. Aquel día, se confirmaba el liderazgo que la Unión Soviética tenía en
la conquista del cosmos.
Dos meses después de la caminata espacial de Leonov, el 3 de junio de 1965, el astronauta Edward White salió de Gemini 4 como el primer astronauta estadounidense. La conquista de la Luna debería esperar unos años más.
Cuando Alexéi Leónov se retiró de su carrera como cosmonauta, encontró un
nuevo oficio, la pintura, sus cuadros al óleo son apreciados tanto por sus
colegas cosmonautas, como por admiradores de la pintura. Publicó libros con
reproducciones de sus dibujos así como sus memorias; en sus obras siempre el
principal protagonista es el viejo gran conocido de los viajeros estelares: el
espacio.
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