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Norman
Foster -
Por Gabriel Macías Nito
El edificio del Reichstag,
construido en el siglo XIX para albergar los parlamentos de Prusia y una vez
que los estados germanos se unificaron los estados germanos se convirtió en la
sede de gobierno del Imperio Alemán.
En 1933 fue víctima de un incendio provocado cuya autoría nunca llegó a
esclarecerse del todo. Fue violentamente bombardeado durante la Segunda Guerra
Mundial y quien tomara el control del edificio simbólicamente se convertiría en
el “ganador de la Segunda Guerra Mundial”. Durante la Batalla de Berlín, fue
escenario de cruentos combates y resultó seriamente dañado.
Tras la reunificación alemana de 1990 fue rehabilitado y desde 1994 se
convirtió en la sede del parlamento alemán (Bundestag).
El aspecto que tiene en la actualidad lo adquirió durante unas obras en los
años 90, responsabilidad del arquitecto británico Sir Norman Foster.
La culminación del asalto de Berlín fue la batalla librada por el control
del Reichstag, que en aquel momento era el edificio más alto del centro de la
ciudad y cuya captura tenía un valor simbólico. El intento de tomar el Reichstag
el 27 de abril fracasó, y la lucha se prolongó durante cuatro días.
El vuelco decisivo llegó el 29 de abril, cuando las tropas soviéticas
lograron capturar el bien fortificado edificio del Ministerio del Interior, que
ocupaba una manzana entera. El Reichstag pasó a manos de los soldados
soviéticos en la tarde del 30 de abril de 1945.
Tras la toma del Reichstag, la Cancillería alemana y los comandantes
encargados de la defensa de Berlín plantearon la entrega de la ciudad. El 1 de
mayo el jefe de Estado Mayor del Ejército, el general Krebs, cruzó las líneas
de combate para entregar un documento que confirmaba la muerte de Hitler y
propuso un alto al fuego temporal.
Días después de la toma del Reichtag, de conformar el suicidio de Hitler y
el triunfo soviético definitivo de la toma de Berlín, el ejército alemán comenzó
a preparar la rendición definitiva. El 8 de mayo el Mariscal de Campo Wilhelm
Keitel presentó la capitulación de las fuerzas alemanas al Mariscal Zhúkov en
el cuartel general del ejército soviético en Berlín-Karlshorst poniendo fin a
la II Guerra Mundial en Europa.