“Todo lo que he querido, he tenido ... Quería alto rango, lo tengo; quería
medallas, las tengo; me gusta dar fiestas, las he dado magníficas; adoro los
diamantes y las cosas bellas, ninguna persona en Europa posee piedras más raras
o más exquisitas. En una palabra, todas mis pasiones se han saciado. ¡Soy
totalmente feliz!”
- Grígori Potemkín –
Las escandalosas historias sobre la “apasionada” vida de Catalina II la
Grande, son bastantes, la lista de sus amantes y hombres que pasaron por sus
aposentos, también son bastantes y posiblemente, los relatos sobre su
licenciosa vida también quizá también sean bastantes. Sea bastante o no, todo
lo que se ha escrito sobre esta gran zarina, fue una mujer que se dejó querer, por
bastantes hombres.
De las muchas historias escritas de amor y pasión carnal desenfrenados, de
Catalina, que adoraba entretenerse con vigorosos jóvenes, de cuerpos bien
formados y bellos rostros dignos de ser considerados herederos del dios Narciso;
destaca Grígori Potemkín quien en absoluto cumplía los patrones de belleza que satisfacían
a la emperatriz.
Potemkín, que muchos historiadores han considerado el marido secreto de
Catalina, era un militar rudo, tosco, corpulento y descuidado. Pero la mujer,
quedó impresionada de su enorme coraje, su agudo sentido del humor y por su
casi primitiva sexualidad. Muchas mujeres encontraban repulsivo a Potemkín, por
el contrario, Catalina gozaba con su dominación.
Potemkín compartía con Catalina la pasión por el arte y la cultura. Su
relación fue probablemente formalizada por algún rito en 1774, en tanto se
califican a partir de entonces mutuamente como «querido marido» y «querida
esposa», aunque no tuvieron un matrimonio como tal.
El 28 de abril de 1791, en una fastuosa ceremonia y ante la “enamorada”
mirada de Catalina, el gran general Potemkín fue nombrado príncipe de Moldavia.
Gran militar y estadista, determinante en la vida amorosa y política de la gran
zarina.
Grígori Alexándrovich Potemkín, nació en Smolensk el 24 de septiembre de 1739. Militar, estadista, y político ruso y político ruso. Catalina la Grande le conoció en 1762, cuando Potemkín participó en el golpe de Estado que la llevó al poder.
Fue uno de los generales más destacados en la primera Guerra Turco-rusa de 1768-1774, como premio de su actuación, recibió el título de conde y fue nombrado gobernador general de Ucrania. Sofocó la revuelta de los cosacos del sur de los Urales y mantuvo en un perfecto orden la zona sur del imperio.
En 1783 llevó a cabo la conquista de Crimea. Introdujo reformas trascendentales en el Ejército, construyó la Flota del Mar Negro y varios puertos. En 1787 organizó el viaje triunfal de Catalina a Crimea, el cual provocó la segunda Guerra Turco-rusa (1787-1792), durante la cual desempeñó el cargo de comandante en jefe. Murió durante las negociaciones de paz.
El acorazado Potemkin, embarcación icónica lleva el nombre de este controvertido personaje, la rebelión de los marineros en 1905 fue detonante del descontento que se vivía en el imperio y que años después desencadenará la Revolución rusa. Para recordar el reclamo de las masas y las causas colectivas; a finales de 1925 se estrenó en Rusia la legendaria película “El acorazado Potemkín”, considerada hoy un hito del cine mundial.
La figura de Grígori Potemkín, no solo ha pasado a la historia por las pasiones que despertaba en Catalina, también por sus acciones de gran militar y estadista, por su controvertida vida, por el nombre que en su honor llevó aquella embarcación y la gran película del afamado Serguéi M. Eisenstein.
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