“Y les dijo: vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la
creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará”.
-Marcos 16, 15-16-
Por Gabriel Macías Nito
La palabra Epifanía significa
manifestación. Teofanía, aparece en los libros litúrgicos de la Iglesia
Ortodoxa, y significa Manifestación de Dios. El credo expone que Dios viene al
mundo al día de Epifanía para revelar la luz y lo que es inexpugnable.
La Epifanía es una de las celebraciones más antiguas y más importantes de
la Iglesia. Solo san Mateo y san Lucas describieron detalles del Nacimiento de
Jesús, sin embargo, los cuatro Evangelios relatan el acontecimiento del
Bautismo. La Epifanía se convirtió tanto en la manifestación de Dios como en la
fiesta del Bautismo del Señor por las manos de Juan el Bautista que sumergió a
Jesús en el Río Jordán.
En Rusia la Epifanía se celebra el 19 de enero, el día anterior a la, toda
la familia, se reúne y comparte una cena especial, no es tan rica y tan dulce
como la navideña. Al día siguiente, centenares de rusos realizan el ritual de sumergirse
en el agua, soportando las gélidas temperaturas que encuentran los rusos en
lagos o rios.
Rusos de todas las edades desafían el frío para celebrar la Epifanía, una
de las festividades más importantes de la Iglesia ortodoxa. Según la tradición
ortodoxa, hay que sumergirse tres veces en el agua, en nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo. La Iglesia rusa advierte cada año que los baños en
aguas heladas solo son aptos para personas sin problemas de salud.
Sin embargo cientos realizan el ritual, el primero en realizar este ritual
año tras año es el presidente de la federación rusa Vladimir Pútin, en 2018 se
sumergió en las frías aguas del lago Seliguer, en el noroeste de la parte
europea de Rusia, para continuar la tradición de la celebración de la Epifanía
según la tradición de los cristianos ortodoxos.
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