El Papa Francisco recibe una camiseta de Cruz Azul.
¡Diciembre
Me Gustó Pa´ Que Te Vayas! Un repaso
del 2016
Durante su visita a la Basílica de Guadalupe, el 13 de febrero de 2016
de la multitud una camiseta volaba por los aires, el Papa Francisco la atrapó y
cuál sería la sorpresa, era una playera de Cruz Azul. Todos los cruzazulinos
alimentamos en nuestro corazón que eso significaba el final de la malaria de
más de 18 años sin título. La esperanza recorrió nuestra sangre azul. Aquel
mismo sábado de febrero, con la ilusión de lo sucedido a medio día en la Villa,
La Máquina vencía a Querétaro 2 goles a 1 y parecía que la bendición del papa
tendría efecto. La realidad fue otra, Cruz Azul quedó en noveno lugar de la
tabla general y quedó fuera de la liguilla del torneo Clausura 2016. Para el
siguiente torneo aquel día que Francisco había atrapado la camiseta de Cruz
Azul ya se había olvidado y los azules cumplimos 19 años sin obtener un título
de liga.
Lo que sin duda no se olvida son los seis en los que Papa Francisco
visitó México, entre el 12 y el 17 de febrero de 2016, el papa recorrió varios
estados de la República, Ciudad de México, Estado de México, Chiapas, Michoacán
y Chihuahua. Fue su primera visita apostólica y en todos los eventos que
sostuvo siempre hizo una solicitud a los mexicanos: “Recen por mí". En
todos los eventos hubo momentos inesperados. Como en Morelia cuando una persona
(dicen que fue Belinda), lo jaloneo para poder tocarlo, ahí pudimos conocer que
el papa tiene su carácter, muy enojado le dijo: “¡No seas egoísta!”.
Una de las visitas más conmovedoras, fue la que realizó al Hospital
Infantil de México. El papa fue recibido en el hospital por los niños
sentaditos o en su silla de ruedas, le obsequiaban dibujos y el pontífice les
devolvía bendiciones, les daba un beso en la frente o en la mejilla. Los padres
de los niños enfermos a los que el papa bendecía no podían contener las
lágrimas y grataban “¡se ve se siente, el Papa está presente!”, “¡te queremos
Papa te queremos!”. En su recorrido por el hospital, escuchó a una paciente que
le cantó Ave María, uno de los momentos más emotivos de la visita papal y a más
de uno se nos salieron las lágrimas.
Entonces, Francisco dirigió unas palabras y
dijo:
"A todos aquellos que no solo con medicamentos, sino con cariño y
terapias que ayudan a que este tiempo sea vivido con mayor alegría. Demos a
estos niños “cariñoterapia”. Es tan importante sentirse cuidado, acompañado,
querido, por todas esas personas. A veces la “cariñoterapia” ayuda tanto a
recuperarse".
Los días qué pasó en México fue a lugares específicos y significativos:
Ciudad de México, por lo que representa para el país. Ecatepec, el municipio
más poblado de México, y ya desde principios de año se notaba uno de los más
violentos. San Cristóbal de las Casas, habló de incluir a las comunidades
indígenas de México y permitió la traducción de la biblia a los diferentes
idiomas autóctonos. Morelia, tuvo un encuentro con jóvenes, el papa les exhortó
a no dejarse enganchar por las redes del narcotráfico y a "no dejar de
soñar". Finalmente, Ciudad Juárez, realizó una misa binacional, Francisco
hablo de la crisis migratoria mundial.
Los temas fueron estratégicamente planeados y tocó puntos contundentes;
sin duda dejó una tarea de reflexión a los mexicanos, y como no nos gusta hacer
tareas, pues, nos vino nuevamente a la memoria aquellos viajes a México de Juan
Pablo II, aquel papa “bonachon” y afable que no dejaba tareas. Francisco, en
muchos casos fue tajante, esto provocó comparaciones del viaje de este papa
latinoamericano con Juan Pablo II. Pero sin duda, el Papa Francisco dejó el
país lleno de tareas y de esperanza.
...Por su antención, mil gracias.
...Por su antención, mil gracias.
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