¡Diciembre
Me Gustó Pa´ Que Te Vayas! Un repaso de los eventos más resonantes del 2016
El Premio Nobel de Literatura,
uno de los galardones más esperados y financieramente más espléndidos, alcanza la
suma de 8 millones de coronas suecas (alrededor de 930.000 dólares). El premio
se le concede a la carrera de un escritor, no por algún libro específico, como
pasa en el caso del novel de Economía o Medicina que se entrega por algún
trabajo o aportación específica.
Llegaba octubre, mes para
anunciar a los galardonados, Medicina, Física, Química, Economía y la Paz. Sin
duda y con impaciencia, como cada año, se esperaba el anuncio del ganador del
Premio nobel de literatura, que por tradición se da conocer una semana después
de que se conocen a los ganadores de las categorías anteriormente mencionadas.
El mundo de los doctos en las letras, con meses de anticipación, comienzan
a presentar sus predicciones y candidatos sobre el posible ganador y estas
especulaciones llegan incluso a las casas de apuestas. Para 2016 se ponían en
la lista a autores con estilos muy diferentes y provienen de diversos lugares
del mundo. Nombres como el novelista japonés Haruki Murakami, uno de los más
vendidos en los últimos años y el que más alto cotizaba en las quinielas; el
estadounidense Philip Roth; o el novelista y dramaturgo keniano Ngugi wa
Thiong’o; otro de los nombres más mencionados, era el del poeta sirio Ali Ahmad
Said Esber, mejor conocido como Adonis. Las predicciones estaban hechas, ahora,
lo quedaba era esperar.
Cuál sería la sorpresa cuando la secretaria de la Academia Sueca Sara
Danius anunciara: «Por haber creado una nueva expresión poética dentro de la
gran tradición americana de la canción», el ganador del Premio Nobel de
Literatura es: Bob Dylan, la sala de prensa de Estocolmo explotó en un alboroto
de gritos y aplausos. Muchos hubieran querido que el presentador fuera Steve
Harvey, aquel que meses antes anuncio equivocadamente a la ganadora del certamen
Miss Universo, y que dijera, perdón me equivoqué el ganador es…. Pero no, no hubo ningún error, el ganador del
premio Nobel de Literatura 2016 era Bob Dylan. Fernando Navarro publicó en
periódico español El País: “Por primera vez en la historia del Nobel de
Literatura, la gente no correrá a las librerías sino a las tiendas de discos”.
Robert Allen Zimmerman, así registrado al nacer en Duluth, Minnesota en
1941 y que adoptó el nombre artístico de Bob Dylan en tributo al poeta británico
Dylan Thomas (1914 – 1953), era ante el asombro del mundo de las letras e
incluso de la música ganador del Nobel. Las voces de desconcierto, confusión, ataques,
incluso, burlas inundaron las redes sociales, y una avalancha de críticas
rodearon el tan codiciado premio. La Academia Sueca premiaba a un músico de
innegables valores artístico que no es escritor.
Alguien escribió en Facebook: “Si a Dylan le dieron el Nobel Literario
por sus tonadas; entonces, a Murakami hay que darle un Grammy por Tokio Blues”.
Entre el alud de críticas leí una reflexión que entre tantas que se
publicaron en aquellos días me es imposible citar, pero me resultó valiosa, ya
que, debo confesar que el conocimiento que tengo en la obra de Bob Dylan no
existe, tal vez porque yo soy de los Bee Gees, Menudo y Timbiriche para acá.
Esta reflexión planteaba: “Tal vez sea el momento de que el premio Nobel de
Literatura cambie a premio Nobel de las
Artes, porque, donde quedan entonces los pintores, los cineastas,
escultores o fotógrafos que sin duda aportan, y mucho al mundo”. El cierta
forma me ayudó a dar cauce a esta noticia que fue confusa para el mundo, y para
mí también lo fue en estremo.
Por cierto, Bob Dylan no asistió a recibir su premio.
…Por su atención, mil gracias
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