“El gran terror: las purgas de Stalin de los años 30”.
-Libro del historiador y sovietólogo británico Robert Conquest (1968)-
El 1 de diciembre de 1934, era asesinado Sergueí Kírov, un importante revolucionario bolchevique que tuvo un papel destacado en la configuración de la Unión Soviética. A Stalin le llegaron informes del apoyo que Kírov estaba dando al exiliado León Trotski, esto provocó su fatal desenlace.
Su asesinato fue el detonante de la gran represión de los años 30. No hubo una razón específica para el terror, el politburo juzgaba a todo aquel que cuestionaba al comunismo y la forma que este se llevaba a cabo. Stalin jugó un papel determinante en la organización y conducción de la ejecución de los llamados "enemigos del pueblo" que llegaron a cientos de miles de miembros del Partido Comunista Soviético.
Socialistas, anarquistas y opositores fueron perseguidos o vigilados por la policía; además, se llevaron a cabo juicios públicos, a miles más se les envió a campos de concentración gulags.
La campaña fue crucial para consolidar en el poder a Iósif Stalin. La URSS justificó esta cruenta medida, argumentando que se limpió el camino de elementos «saboteadores».
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