"El incendio y saqueo de
Moscú fue tachado como una barbarie fue un duro golpe para la moral rusa y
desprestigió a Bonaparte".
La mañana del 15 de septiembre la
vanguardia del ejército francés entraba a Moscú por la puerta de Dorogomilov,
pero el gobernador moscovita, Rostopchin había liberado a los reos de sus
cárceles que se entregaron al saqueo y comenzaron a propagar incendios;
resistieron a los franceses disparándoles desde ventanas y tejados con fusiles
que les habían sido entregados pero fueron finalmente liquidados.
Napoleón entró en la ciudad a las
15:00 horas y aguardo la llegada de algún enviado ruso con las llaves de la
capital, la espera fue en vano. Comenzó a recorrer avenidas vacías y
completamente calcinadas. Entra en el Kremlin y sube a la torre de Iván el Grande
desde la que contempla toda la urbe aparentemente sin vida.
Bonaparte declara a la ciudad
como trofeo de guerra, pero es una ciudad envuelta en llamas, "derrotado
sin combatir " la abandona al día siguiente. La invasión francesa a Rusia
fue el inicio del fin del Imperio Francés.
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