AUGURIOS OLIMPICOS (29/33)
Atenas 2004-2da parte (29/33)
A las 20:30 horas del 13 de agosto daba inició la
Ceremonia que inauguraba los Juegos de la XXVIII Olimpiada Atenas 2004. El lema
de aquellos juegos fue: Καλώς ήλθατε σπίτι (Bienvenido a casa). Compitieron
10.625 atletas de 201 países.
La temática de la inauguración siempre giró en torno a la
historia y la cultura de Grecia Antigua y Clásica. Sus dioses y mitos, Atenea,
la escultura, el arte y los héroes griegos, fueron entre muchos otros los
protagonistas de esta ceremonia.
Atenas fue elegida ciudad anfitriona durante la 106ª Sesión del COI
celebrada en Lausana el 5 de septiembre de 1997. No se rindió aun después de
perder cuando pretendía organizar los Juegos del Centenario de 1996, sabemos
que le venció Coca-Cola, digo-digo🙊, Atlanta. Un factor
determinante para ahora elegir a Atenas fue aquel sentimiento de vacío que
había dejado el no otorgarle los juegos en 1996, la experiencia que se tuvo en
la pérdida de valores olímpicos debido a la excesiva comercialización de
Atlanta y la decepción de los miembros del COI por los numerosos contratiempos
vividos en la tierra de Scarlett O'Hara, ósea Georgia. En resumen Atlanta,
indirectamente, ayudó y en gran medida a que los juegos regresarán a casa en
2004.
74.000 espectadores estábamos dentro del Estadio Olímpico
de Atenas listos para comenzar, una cuenta atrás de 28 segundos, que
representaba la XXVIII Olimpiada, a cada segundo le correspondía un latido cada
vez más fuerte y aparecían imágenes de los anfitriones anteriores.
Tras proyectarse imágenes de todo el archipiélago heleno
en la pantalla del estadio aparecieron dos tamboreros, uno en el Estadio de la
antigua Olimpia y el otro en vivo, comenzaron un reto de Tympanos (tambor en griego), sus redobles simbolizaban el latido
del corazón, también, recordaban como en la antigua Grecia, el tambor y su
sonido simboliza la locura dionisíaca. A los dos tamboreros se unieron muchos
más para circundar la zona del campo, que, por cierto, no era un campo, era un
espejo de agua elíptico que representaba las aguas del mar Egeo y sobre estas
aguas se llevó a cabo la primera parte de la inauguración. La locura de los
tambores era la que daba inicio a los Juegos de 2004 e invitaba a que esta
fuera una fiesta dionisiaca.
Una bola de fuego cayó en ese simbólico mar y formó los
aros olímpicos rodeados de agua, provocando el alarido de los espectadores y emanando
un intenso calor que se sentía hasta la fila...hasta arriba que era donde
estaba sentado. Cuando el fuego se extinguió, literalmente apareció un niño
navegado un barco de papel, con una música verdaderamente emotiva que solo
logró aumentar mi flujo lagrimal...por ello debía tomar la decisión de no
seguir llorando. Aclaró y confieso que Yo lloraba hasta el sollozo, y me dije a
mí mismo: o me concentro o no voy a ver nada por 'chillón'. Me ayudó a calmar
el llanto, que en ese momento se anunció la llegada de las autoridades de los
juegos: Jacques Rogges, presidente del COI, Gianna Angelopoulos Daskalaki,
presidenta del Comité organizador de los Juegos y el Presidente de Grecia
Konstantinos Stephanopoulos, esto hizo que la intensidad emotiva bajara un poco,
sin dejar de ser una muy bonita forma de recibir a las autoridades, caminaron
hacia el sitio donde se izarían las banderas y en el camino los encontró el
niño que había bajado de su barca, con la bandera helena en lo alto, las tres
autoridades le pidieron tiernamente al niño les acompañará a escuchar el himno
griego y presenciar el izado de la bandera.
En la primera escena llamada "Alegoría", un
centauro arrojó una lanza de luz en el punto medio del campo y apareció el
rostro de un ídolo de las Cícladas. Con luz láser se le proyectaron figuras
geométricas en la su rostro. A continuación, el rostro se rompió y se trasformó
en un Kouros de la época arcaica, este también se rompió, surgió otra escultura
humana de la época clásica. Al final la abstracción máxima, un cubo, al cual
dominaba un hombre. Los fragmentos se Iban quedando a la deriva flotando en
aquel simbólico mar Egeo como si fueran sus islas y sobre ellos se proyectaron
imágenes de mujeres, hombres y niños de diferentes grupos étnicos, edades,
creencias, preferencias y momentos de la historia.
El título de la siguiente parte "Clepsydra"
(dispositivo de medición de tiempo en la antigua Grecia por medio de un flujo
de agua), el dios griego del amor, Eros, apareció sobre una pareja de amantes
en el agua, estos enamorados y el amor dieron origen a la vida y a una línea de
tiempo de la historia griega, inició con la civilización minoica, a
continuación, la cultura micénica, luego la época clásica, el período
helenístico donde no podía faltar Alejandro Magno. Llego entonces el periodo
bizantino y la Guerra de Independencia griega, hasta llegar a los primeros
juegos de la era moderna y la cultura griega del siglo XX.
Tras esta secuencia histórica, una mujer entró en el agua
y el láser dio la impresión de que el agua reflejaba estrellas. Las luces se
reunieron alrededor de la mujer y formaron una cadena de ADN, que giraba en
torno a ella. Por último, todos los artistas entraron en el lago, mientras
todos ellos jugaban con el agua, fueron desapareciendo los 2,1 millones de litros
que llenaron este simbólico mar y así dar su lugar a los atletas.
¿Cuál sería ahora el orden del desfile si al frente de las
delegaciones tradicionalmente siempre marcha Grecia? La solución fue simple,
abriría Grecia, apareció el abanderado griego, Pyrros Dimasras quien competiría
en halterofilia y con la bandera helena en lo alto indicaba el camino a 200
delegaciones. El resto de las banderas y sus respectivos atletas, directivos y
cuerpo técnico comenzaron a marchar en orden del 'a-b-c-d-ario' griego, por lo
que Santa Lucía (Aγία Λουκία) fue la primera nación y así una a una se fueron
presentando todas las naciones hasta que apareció Ελλάδα (República Helénica),
el estruendo del público asistente fue maravilloso mientras la delegación
griega rodeaba los 400 metros de la pista de tartán, el grito era eufórico ¡Hellas-Hellas! Aquel momento fue
extraordinariamente emocionante. El holandés DJ Tiësto acompañó a todos los
atletas durante los casi 120 minutos que duró el desfile por lo que el estadio
era un verdadero 'Rave' de música electrónica de primerísima calidad. Fuegos
pirotécnicos cerraban el desfile y el sonido local, a todo pulmón en griego,
francés e inglés daba la bienvenida a los atletas del mundo a la cuna del
olimpismo, donde alguna vez comenzó todo, Grecia.
Con un pomposo y gigante vestido azul se presentó la cantante Björk, con
esos "gritos que pega" ¿canto o grito?... Digamos que sí cantó una
canción... En el arroz siempre hay "negritos"🙊😳 y en esta
inauguración, desde mi “muy humilde punto de vista” esta Niña Björk no venía al
caso, pero bueno, casa quien con sus gritos.
Ahora la parte protocolaria, del centro del 'campo' surgió
un gigantesco árbol de olivo, otro de los grandes símbolos helenos. Fue seguido
por los discursos del Gianna Angelopoulos Daskalaki y el presidente del COI,
Jacques Rogges. El presidente griego Konstantinos Stephanopoulos tomó la
palabra: "Declaro los Juegos de Atenas, que celebran los juegos de XXVIII
Olimpiada oficialmente inaugurados". Se hicieron los honores a los símbolos del olimpismo, bandera fue izada y el
himno entonado.
Por las alturas volaron atletas y antorchas de luz
simbolizando las sedes de los Juegos anteriores. En un estadio totalmente a
oscuras se anunció que el fuego olímpico llegaba al estadio, y con el sonido de
latidos del corazón entró en manos de Nikos Galis, un ex jugador de baloncesto
y comenzó los últimos relevos, fueron en total cuatro antes de que llegara a
las manos del último portador de la antorcha, el campeón olímpico de vela en
1996 Nikolaos Kaklamanakis, quedó al lado opuesto de la antorcha gigante que
era el pebetero. Mientras el corría entre los atletas que le habían formado un
callejón emulando el recorrido que se había hecho en Barcelona 92, un mecanismo
hacia bajar lentamente el pebetero, lugar donde reposaría el fuego durante los
juegos, subió la escalinata, saludo desde las alturas a los dioses del Olimpo y
la antorcha gigante ya esperaba ansiosa el fuego que se encendió a las 23:05 de
Atenas. Un último derroche de luces pirotécnicas en el cielo bajo el cual
alguna vez filosofaron Platón y Aristóteles dio por concluida la ceremonia.
Los griegos deseaban que clepsydra no dejará correr el
tiempo, parecía que sabían que en algún momento despertarían de este PRECIOSO
sueño y no querían volver a su realidad. Como recién me acaba de hacer ver un
muy buen amigo, aquellos quince días helenos del mes de agosto fueron lo que
siempre han sido los Juegos Olímpicos, una tregua, un tiempo de paz. El 29 de
agosto los helenos volvieron a la guerra y esta vez desafortunadamente volvió
más dolorosa y trágica.
En Atenas 2004 se entregaron 301 medallas en 28 deportes.
Los juegos regresaban a la ciudad donde empezaron. Ahora el círculo del olimpismo
moderno quedaba cerrado 108 años después de que se había abierto en aquella
ciudad en 1896, un círculo como el que formaba la corona de olímpica de hojas
de olivo que presentaba el logotipo de aquella justa y como la corona de hojas
de olivo que fue colocada a cada medallista olímpico.
Estados Unidos quedó al frente del medallero con 36
medallas de oro, 39 de plata y 26 de bronce, China subía como la espuma y fue
segunda, Rusia quedó tercera.
Usar la palabra MARAVILLOSA para describir aquella noche
de 13 de agosto de 2004, es solo una de las decenas de posibilidades en las que
puedo pensar para describirla, la recuerdo siempre y desde hace algunos años,
no sé qué hacer; llorar de tristeza, añoranza o emoción.
El círculo volvió a abrirse en tierras chinas... Esa será
la entrega 30/33
Στο επανιδείν!
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