El 30 de agosto de 1918 Fanni Yefimovna Kaplán hizo tres disparos
para matar al líder de la Revolución Bolchevique. Fanni pertenecía al
movimiento revolucionario desde los 15 años por influencia del hombre del que
estaba enamorada, Víktor Garski bandido ordinario que en algún momento llegó a
ser un anarquista más que por convicciones políticas serias, por rentabilidad, se
sentía traicionada por la forma en la que se estaba llevando a cabo la lucha
del ejercito rojo, le gritó: «¡Ilich,
Ilich!», y al virarse él para ver quién lo llamaba con tanta insistencia, le
hizo tres disparos a boca de jarro, uno que solo atravesó su saco, sin dañarlo
a él, y otros dos que sí lo hirieron.
Por el fallido atentado la arrestaron y se le aplicó la pena
de muerte que luego se conmutó a cadena perpetua debido a la minoría de edad. Se
dijo la enviaron al campo de trabajos forzados más duro de Rusia, a la prisión
de Akatúi, sin embargo, el 3 de septiembre la fusilaron de forma más cruel que
misteriosa ordenando que desaparecieran sus restos pero. En 1958 el comandante
del Kremlin en 1918, Pável Malkov, confesó haber ejecutado a Kaplan.
El atentado solo hirió al Lenin, pero las secuelas afectaron
su salud hasta su muerte en 1922.
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